Carlos de Jesús Domínguez Ramírez, desde mayo 2018 ha sido compañero en las conferencias mañaneras del Salón Tesorería de Palacio Nacional y, lo reconoce abiertamente, “yo no soy periodista de profesión, soy arquitecto graduado en el Tecnológico de Nuevo Laredo con especialidad en Cálculo Estructural. Entré al periodismo por el asesinato de mi padre Carlos Domínguez Rodríguez quien, después de realizar una serie de investigaciones sobre las empresas fantasma del ex presidente municipal de Nuevo Laredo (Tamaulipas), Carlos Cantú Rosas, fue brutalmente asesinado el 13 de enero de 2018 y hasta este día, el edil tamaulipeco, autor intelectual, está prófugo y es buscado por la Interpol”. Este asesinato fue condenado el 16 de enero de ese año por la delegación de la Unión Europea y las embajadas de Noruega y Suiza en México.

En entrevista con este reportero, Domínguez Ramírez reveló que a su padre, a la edad de 12 años –finales de 1959– le dijo su abuelo que después de terminar la primaria, tendría que hacerse cargo de sus negocios en Coatzacoalcos, Veracruz, relacionados con pesca y ganadería; por ello se fugó para estudiar a la Ciudad de México, donde encontró trabajo haciendo el aseo en la redacción de un periódico. Ahí, al concluir la secundaria e ingresar a la preparatoria, algunos periodistas le enseñaron mecanografía y le dieron oportunidad de realizar sus tareas en las máquinas de escribir del periódico; también a cubrir algunas notas, redactarlas o simplemente transcribirlas. Después a tomar fotografías y publicarlas. Fue así que se hizo periodista.

Había estudiado la carrera de Derecho y después cursó Economía, ésta en el Politécnico. Al concluir economía, se fue como corresponsal a El Sol de Acapulco en la entidad guerrerense, donde se inscribe en la Universidad Autónoma de Guerrero para estudiar Administración de Empresas; ahí fundó la Sociedad de Alumnos y redactó su reglamento. “De hecho varios compañeros de aquella generación, cuando vinieron al funeral, me dijeron que allá fundó un periódico que hasta la fecha existe”. El periodista de El Diario de Nuevo Laredo fue enterrado en Nuxco, municipio de Tecpan de Galeana.

Pese a verlo noche tras noche amanecerse escribiendo “jamás me llamó la atención el dedicarme al periodismo”, reveló Carlos Domínguez hijo; por eso, cuando tuvo oportunidad de elegir su profesión, se decidió por la arquitectura. “Desde niño lo veía trabajar, primero en aquellas clásicas máquinas mecánicas de escribir, grandes y pesadas; después pasó a las eléctricas y finalmente compró su computadora.

Un día, comentó Don Carlos a su hijo, que aquella investigación periodística en la que trabajaba, sería con la que esperaba retirarse –Tenía 69 años cuando lo mataron– y se trataba de un desvío de recursos del Alcalde ex panista, ahora morenista, y por ello constantemente tenía que viajar de Nuevo Laredo a Monterrey “para corroborar algunas informaciones”. Al principio “no me daba mucho detalle de ellas, pero después que lo asesinaron, lo primero que me vino a la cabeza es esto, porque –además– no tenía otra indagación periodística en proceso”.

Fue así que Carlos hijo empezó a buscar, no en la computadora de su padre, porque ésta se la había llevado la fiscalía, sino entre sus papeles. Así, recordó que a principios de 2017 su papá le había enviado un e-mail con varias hojas de información de entidades corporativas. “Las primeras 12 o 14 empresas de un total de 128, datos que imagino trataba de proteger”.

Para corroborar la información de esas compañías viajó a la Ciudad de México y, una vez que lo hizo, los llevó a periodistas como Carmen Aristegui, Ciro Gómez-Leyva, Carlos Loret de Mola, Leonardo Kourchenko, entre otros, “y nadie de ellos quiso entrarle”. Únicamente Luis Cárdenas de MVS quien –al aceptarlo– le comentó ‘Yo no tengo compromisos con ningún político –por eso le entro–, además es una buena noticia’. Y en efecto, se trataba de varias empresas que, según la Auditoría Superior de Tamaulipas, se encontraban en lista roja.

La vez que Luis Cárdenas las dio a conocer, “me empezó a caer el veinte de que me estaba metiendo en un problema serio y, no te lo niego, hasta me llegó a dar miedo”. Sobre todo porque Carlos Cantú Rosas nuevamente era candidato a la Alcaldía de Nuevo Laredo, pero esta vez por Morena y contaba con todo el apoyo de Andrés Manuel López Obrador. Antes, había ganado con el PAN (periodo 2013-2016) y, en aquellos días, se hablaba de que próximamente iría el candidato presidencial morenista a Nuevo Laredo a otorgarle su respaldo en un mitin.

El crimen y la aspiración frustrada

Cuando AMLO realiza aquel mitin de apoyo, 5 de abril 2018, “me puse de acuerdo con Luis Cárdenas y divulgamos la investigación días después. Me dije ‘No voy a permitir que el presunto asesino de mi papá se beneficie políticamente o le den un cargo político’, mismo que fácilmente ganaría por el efecto Andrés Manuel. Antes, a finales de marzo 2018, le había enviado una carta al candidato presidencial informando la situación de corrupción que rodeaba a Cantú Rosas, “pero la respuesta fue la confirmación del mitin”.

En esos días (2 de abril de 2018) la Fiscalía tamaulipeca y la entonces PGR habían detenido a seis personas (David “N” y Adrián “N” (conocido como “El Fantasma”) quienes participaron como autores materiales del homicidio, y los otros cuatro, Gabriel “N”, Luis Ignacio “N”, Juan Jesús “N” y Rodolfo “N” por haber participado en la organización y planeación de los hechos); estaban entre ellos tres periodistas ligados a Cantú Rosas, de quienes “en Nuevo Laredo todos sabíamos que trabajaban redes sociales para Los Zetas; pero la cereza en el pastel era que entre los detenidos estaba  Jorge Alfredo Cantú García, el tío de Cantú Rosas, como presunto autor intelectual”.

Después de la detención del tío, con las otras personas, el candidato huye del país y abandona su campaña; sin embargo era secreto a voces que la estaba preparando en Laredo, Texas; esto mientras recibía la confirmación de AMLO y regresarse; pero eso ya no se dio porque tiempo después de la divulgación, Morena le retiró la candidatura.

– ¿Nunca se pronunciaron?

– Jamás dijeron nada. Solo que en base a lo que publiqué, habían tomado esa decisión, y que él había decidió retirarse de la candidatura para arreglar el tema; pero no era cierto, porque a pesar de que todavía no había orden de aprehensión en su contra, ya no podía regresar a México. Lo que ahí pasó, considero, es que Morena le dio la espalda porque estaba bastante enlodado, y le entregaron la candidatura a un ex priista… Desde esa fecha no ha vuelto a regresar a México.

– Respecto a la acusación que hizo Alejandro, tu hermano, de que lucrabas con la muerte de tu padre ¿Cómo fue?

– Por su consumo de sustancias, mi hermano siempre ha sido vulnerable. Con el deporte, mi padre era el único que lo mantenía sobrio; se lo llevaba a jugar futbol y estaba al tanto presionándolo para que no se drogara. Cuando muere mi papá él recae. Desgraciadamente yo no podía tomar inmediatamente el papel de mi padre, porque también tengo familia, estoy recién casado… y mis familiares no sabían qué hacer. Supe que se había ido a Monterrey que anda muy mal.

Cuando regresé a CDMX, al refugio que me había otorgado el Mecanismo Federal de Protección a Periodistas, lo traje conmigo. No le compartí toda la información, tampoco a mi madre porque son muy vulnerables y, pese a que traté de protegerlo, igual y por la desinformación algo salió mal. Por ello cayó presa de Cantú Rosas quien lo convenció de platicar respecto al tema, sin decirle cuales eran sus intenciones.

Le ofrecieron 150 mil pesos por dar dos entrevistas pero, desde que llegó a la Central de Autobuses, fue interceptado por unas personas que tenían toda la finta de narcos. Le pidieron su celular y borraron sus conversaciones con Cantú Rosas. Le entregaron un guion que tenía que aprenderse de memoria y lo llevaron a la primera entrevista a El Mañana de Nuevo Laredo. Después de eso le dijeron que aún no estaba libre, que iría también a Monterrey para repetirla –como fue– pero esta vez con la periodista Adela Micha. Después de ello jamás volvió a contestarles el teléfono.

Fue hasta que un juez dictó libertad a los imputados (10 de octubre de 2019) y que quisieron comenzar una ‘campañita de victimización’ cuando me buscó. Al principio no le hice caso porque aún estaba molesto, pero después le dije “¡¿quieres hablar? limpiar toda esta regada, pues órale!; pero lo que digas será tu responsabilidad”. Fue así que dio esta entrevista[1] donde habló de las presiones y promesa de dinero que nunca cumplieron.

“Cantú Rosas está enfermo de poder. No quita el dedo del renglón en su proyecto de ser Gobernador de Tamaulipas; incluso en 2015-16 se atrevió a decir –lleno de soberbia– que él era una buena opción para presidente de México. Siendo alcalde se hizo de muchos amigos delincuentes como Raymundo Ramos, quien hoy se sabe es operador del Cartel del Noreste. Por ello Estados Unidos le acaba de retirar su visa”.

Raymundo, como “defensor” de los derechos humanos y presuntamente por instrucciones de Cantú Rosas, –asegura Carlos hijo– hizo una campaña mediática en defensa de los detenidos por el asesinato de mi padre, presentándolos como “víctimas” y “presos políticos”… “Finalmente no le funciona, sin embargo como quiera son liberados por presuntas presiones del Cartel contra el juez”.

Ramos, por su parte, quien tiene una amistad de años con Sanjuana Martínez, la titular de Notimex, se encargó de hacer el conecte para que fuera más grande esta campaña, la cual no creo que fuera gratis. Tampoco que Sanjuana Martínez no supiera a qué se ha dedicado su amigo.

Siempre que había enfrentamientos de Marinos o Ejército contra gente armada en Nuevo Laredo, Raymundo Ramos salía en defensa de los presuntos delincuentes. El caso más grave fue cuando, de la Fiscalía (2015) me filtraron una carpeta de investigación donde Raymundo Pérez Moreno, alias “El Ramas”, testificaba que cuando fue jefe de plaza en la región, pagaba 5 mil dólares semanales a Raymundo Ramos por organizar protestas en favor de los maleantes. “Ahí es donde empiezo a concluir cuál es el nexo entre Cantú Rosas y el Cartel”.

– ¿Cómo te acreditaste en las mañaneras?

– Conocí al presidente de México el 29 o 30 de abril en una reunión de gobernadores en el Hotel Hilton de la Ciudad de México. Yo andaba muy deprimido, en terapia psicológica, y tratando de hacer algo para sanear mi cabeza, oxigenarme, cuando me entero de que la hermana de Cantú Rosas sería candidata plurinominal al Congreso de Tamaulipas. Me dio mucho coraje.

Fue entonces que busco al presidente y –en el Hilton – cuando lo saludo, no le suelto la mano y lo jalé para simular un abrazo y así decirle mi nombre. “Soy el hijo del periodista Carlos Domínguez, asesinado en Nuevo Laredo el 13 de enero de 2018”, le dije. Conmovido el presidente me miró a los ojos, y me dijo que lo sentía mucho. Inmediatamente pedí hablar con él de manera urgente, y me dijo que buscara a Jesús (Ramírez Cuevas), para que agendaramos una reunión.

Cuando hablé con Jesús me argumentó que, pese a la apertura del presidente, por la saturación de sus tiempos iba a tardar algo, sin embargo era más fácil que le planteara mi caso en las conferencias mañaneras. Fue así que me acredité por el portal CDMXPress de un amigo, donde ya venía haciendo mis pininos en el periodismo. Aunque después salí de ese medio porque hubo diferencias entre los socios, y ahora me encuentro acreditado por Nación14.

– ¿Cumplen su función las mañaneras? 

– Para él cumplen una función informativa. Andrés Manuel habla de ‘diálogo circular’ y creo que la prensa no se ha puesto las pilas al respecto. Me sorprende porque no todo en la vida pública es política, sangre, ni es tanto malo, ni qué criticar necesariamente. Para mí, ese diálogo circular debe ser gobierno-pueblo como pueblo-gobierno. Entiendo que las mañaneras no son ventanilla de atención ciudadana, pero hay cosas importantes de las que el jefe del Ejecutivo puede enterarse ahí.

Aunque tenga uno problemas porque, por ejemplo, cuando le lleve el asunto de Barras Praderas tuve problemas con Nohemí Beraud (titular de Información y Logística de Medios de la Coordinación General de Comunicación Social de Presidencia). Ella me marcó para decirme que me retiraría la acreditación porque ese tipo de cosas se hacen vía Atención Ciudadana.

Le argumenté que el presidente casi me estaba dando las gracias por haberlo planteado y que no solo había apoyado a casi 300 chavos alejándolos de las drogas y la delincuencia, sino que ahora van de todo el país a conocer ese lugar.

Al final, el argumento de Nohemí Beraud era que yo trabajaba en Nacion14, pero que estaba acreditado por CDMXPress, lo cual entendí. Pero era raro que lo hicieran cuando se daba este tipo de cosas. Lo que también pasó es que Nohemí interpretó mi pregunta como gestión; porque –me dijo– que ella tenía información de que nosotros cobrábamos una lana para llevar preguntas de políticos y asociaciones civiles. “Me pareció una mentada de madre que esta señora.

 – ¿Qué calificación darías al trabajo de Comunicación Social de la Presidencia?

– Con esta última que me hicieron, sin llevarme entre las patas a Jesús Ramírez Cuevas que, la verdad, mis respetos, tiene una chamba muy cabrona, le pondría un cinco; porque Noemí no ha entendido el mensaje del presidente; tampoco vio la legitimidad del tema, su importancia periodística, y que es lo que el presidente nos ha pedido. Al bloquear este tipo de intervenciones “al rato ¿quién le va a querer llevar al presidente otro tema semejante? si saben que correrán el riesgo de que les quiten su acreditación”.

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[1] https://twitter.com/c_dominguez_r/status/1216728507276881921?s=21

Publicada el 26 enero 2020 en Noreste.net