Cuando el Presidente lo mencionó, tú lo repetías en voz baja: “es el Analfabeta Político de Bertolt Brecht” (1898-1956), decías. Por eso, cuando le pidió a Jesús (Ramírez Cuevas) que se lo buscaran en Internet para proyectarlo, sabías bien de qué se trataba. Después, como en el juego de las escuelitas, (que alguna vez te equivocaste y le llamaste “Maestro”) el Presidente preguntó “¿quién quería pasar a leerlo?”, fue acertado que aceptara que tú lo hicieras; y empezaste: “El peor analfabeto es el analfabeto político// No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos// No sabe que el costo de la vida, el precio del frijol, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas// El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política// No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado, y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales…”

Jamás imaginaste, cuando saliste de tu casa a la mañanera, que horas más tarde estarías ahí, ese jueves 12 de diciembre, –con los nervios a todo lo que daban– leyendo a Bertolt Brecht ante miles de televidentes… “¡Disfruta tus 15 minutos!” se oyó balbucear a la envidia en la sala cuando, micrófono en mano, iniciaste la lectura. “¿Quién es ese tal Hans?” se preguntaron muchos seguramente, ¿De dónde habrá salido?… por eso hoy, en ‘los personajes detrás de las mañaneras’ que tu amigo y servidor ha venido publicando en Noreste.net, y con la confianza depositada en este reportero, hablaste franco para decir tu verdad, con valor, con decisión.

Jamás lo negarás. Te sientes orgulloso de ser banda, cuate de los cuates, y sobre todo haber nacido en Milpa Alta, en hospital público, pero más de haber crecido y echado raíces en tu querida Tláhuac. Por lo vivido, se te nota la felicidad y te sientes fuerte cuando dices que tu edad es 43 años.

Al preguntarte cómo fue que llegaste al periodismo, hiciste un hondo silencio y respondiste que siempre te ha gustado leer, y que desde niño tu querida madre, simpatizante siempre de la izquierda, inculcó en ti la lectura; fundamentalmente te ponía a leer artículos de periódicos y revistas con tópicos políticos.

Cursaste la carrera de Relaciones Internacionales en la UNAM, pero hoy –orgulloso– manifiestas que actualmente estudias Ciencias Políticas y Administración Urbana en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, UACM. Antes, para costear tus estudios en la UNAM, llegaste a vender suscripciones de Proceso, la revista, porque la leías y te permitía –cuando ibas a sus oficinas– conocer a su plantilla de reporteros.

Como muchos capitalinos, cuando el temblor de 2017, fuiste parte de aquellas brigadas que ayudaron a disminuir el dolor de los afectados; sin embargo encontraste que era muy importante subir videos y apoyar con información a los ciudadanos mediante Facebook lite, tanto lo que ocurría como las necesidades que tenían. Así, te convertiste en una especie de reportero ciudadano. Y te gustaba hacerlo, no lo dijiste pero se te notaba.

Tu ingreso a las conferencias del Presidente se fue dando desde 2018, cuando en la UACM, un amigo te invitó a participar en la plataforma de medios digitales (ZMG y otros) que dirigía; y fue así que empezaste a hacer algunas investigaciones, notas, pero nada lo firmabas, solo participabas por tu gusto de hacerlo. Fue ahí donde te propusieron cubrir las conferencias mañaneras y aceptaste de inmediato. Iniciaste el procedimiento de acreditación, pero fue muy lento. Casi dos meses.

Como tu gusto siempre ha sido la política, más que tu espíritu periodístico, tomaste cursos de marketing político, incluso hasta en Estados Unidos, con los que aprendiste a comunicar determinadas temáticas con la sociedad.

Este recuerdo te llevó a compartir tu pasado dentro de la política, como funcionario. Fue hace como ocho años, tomaste tu tiempo para recordarlo, que fuiste director de comunicación social en Tláhuac, aunque solo estuviste como siete u ocho meses; esto porque la Delegada –quien era perredista– y se llamaba Fátima Mena Ortega, lo recuerdas porque nunca pudiste tener buena relación de trabajo con ella; entre otras cosas porque les tocó vivir el aluvión de escándalos (Bejarano, Gustavo Ponce en las Vegas, y otros); también porque Ahumada había tenido contacto con la anterior administración.

En aquellas coyunturas, por los desacuerdos, te viste obligado a dejar la titularidad de comunicación social y pasaste a ser director de Protección Civil. Justo aquí, en este cargo, es donde aparecieron tus negativos en Google y, contrario a lo esperado, accediste a revelarlo en forma abierta.

«Critican en redes trabajo de 5 periodistas que cubren la mañanera» publicó el 6 de marzo de 2020 el periódico La Razón. A través de Twitter, usuarios han expresado su desconcierto por la manera de trabajar de Marco Antonio Olvera, del medio Bajo Palabra; Carlos Pozos Soto, mejor conocido como “Lord Molécula”, de Petróleo y Energía; Sandy Aguilera, quien tiene un canal de Youtube, el bloguero Paul Velázquez y Hans Salazar de Gurú Político.   

Contaste a estos tus lectores que, cuando desempeñabas aquel cargo, en Seguridad Pública estaba también el ex Delegado Rigoberto Salgado y entre otros funcionarios, pero todo partió de una estación de gas que –incluso– aún se encuentra ubicada frente al Hospital Materno Infantil de Tláhuac y que por reglamento, Protección Civil no debe permitir, ni frente o junto a una escuela u hospital.

Los dueños de la gasera, gente poderosa, trataron de obtener su “programa interno de protección civil” avalado por la Delegación, mismo que se debe ajustar a los requerimientos legales y, naturalmente no podría obtenerlo tan solo por su ubicación. Aunque te insistieron nunca firmaste y, aunque no te ofrecieron directamente dinero, ponían a tu disposición ‘para Protección Civil’ “lo que se te ofreciera”. Al no acceder porque podrías ir a la cárcel, te empezaron a hostigar con amenazas de demanda, o de hacerte un escándalo si no firmabas.

Al poco tiempo fueron filtradas a medios grabaciones de tu jefe con los dueños de la gasera. Vaya escándalo el que se armó. De acuerdo con la estructura, tu jefe era el director Jurídico y de Gobierno, era Misael, no recuerdas bien si era Morales. Aunque las grabaciones no eran muy claras, sí se registraba que acordaban cosas para la dichosa gasera. Después salió otro audio en el que acusaban al director de licencias.

Categórico lo recalcas “jamás salió una grabación mía”; Televisa hizo suyo el escándalo y difundía que era un caso de extorsión en Tláhuac, y empezaron a llamarlos al Ministerio Público; tu jefe fue detenido, incluso encarcelado, y por la tensión, acudiste a la Fiscalía de Servidores Públicos a preguntar si había algo contra ti; dijeron que no. Pero lo que te hizo ir fue que el periódico La Crónica, uno de los más pendientes del caso, publicó que ya te tenían detenido o que iban a detenerte.

Después del escándalo, continuaste en el cargo un tiempo hasta que hubo cambio de jefe delegacional y te ubicaron en otro puesto. La contraloría te solicitó los expedientes de la gasera y meses después Mónica Lean Perea, la contralora, –informalmente– te dijo que no te fincaron nada porque nada te vinculaba.

Pero ni como servidor ni como político ni como periodista por defecto, jamás pensaste que algún día estarías preguntándole en vivo y en directo al Presidente de México. Reconoces que más de una vez te han traicionado los nervios; y que si antes leías, ahora tienes que hacerlo mucho más, y hasta se te hizo costumbre tomar nota de temas que podrían ser coyuntura; aunque a veces has tocado tópicos como el programa de la UACM para presos en el Reclusorio Oriente, donde se han graduado más de 39 reclusos y más de 200 siguen estudiando, le preguntaste al Ejecutivo si estaba dispuesto a llevar este tipo de programas a reclusorios federales.

Para alcanzar primera fila, diariamente te levantas entre tres y tres treinta de la mañana.

Pediste a este reportero no colocar nada sobre el trato que has recibido de tus compañeros porque prefieres ‘llevar la fiesta en paz’, sin embargo reconoces el rechazo que en algún momento ha despertado el hecho de que el Presidente te otorgue la palabra en forma continua. Cuando uno de ellos te dijo que te investigaba, solo le respondiste: ¡Qué bueno! Y ya. La historia de uno es como la de cualquiera, –dijiste– con altibajos y errores, pero cuando no tienes qué ocultar, simplemente lo comentas…

Tu felicidad y orgullo es Chelsea, tu hija, que a sus 21 años es estudiante de Sociología…

Pero algo sentía que se me quedaba en el tintero y, precisamente era tu experiencia como candidato ciudadano. Claro, también olvidaste mencionar que fuiste Consejero Electoral del entonces Instituto Electoral del DF, por seis años.

Fue en 2015 cuando tuviste oportunidad de registrar una candidatura independiente a la diputación de un distrito de Tláhuac, porque –si bien– en los noventa fuiste militante del PRD, esta vez entendiste que lo mejor era participar sin partido, por la mafia incrustada en todos los partidos, incluyendo el del Sol Azteca.

Te pasaste casi dos meses recabando firmas, casi lo logras, pero te faltó algo así como el 20% de ellas y se acabó la aventura.

Respecto a si las conferencias mañaneras cumplen su objetivo, respondes convencido que sí, porque el Presidente –con ellas– ha cambiado las formas de comunicar, tanto con los medios como con la gente. En ello destacas el papel que han tenido las redes sociales y, respecto a la afirmación de Brozo de que todo era un montaje Las Mañaneras, puedes asegurar que a ti nunca te han sugerido qué preguntar o qué no.

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http://www.noreste.net/noticia/hans-salazar-y-el-analfabeta-politico/

Publicado el 15 diciembre 2019 en Noreste.net