¡No! ¡Lo mío no fue un atentado! Lo mío fue ¡un asesinato!, corrige con voz serena pero enérgica Paul Ernesto Velázquez Benítez, cuando se le pide cuente cómo sucedió este hecho. Comienza narrándolo desde el principio, cuando el 2 de abril de 2019, en la mañanera, el presidente le concedió la palabra y denunció la red de corrupción con facturas falsas y empresas en el SAT, del alcalde de Ahome en Los Mochis, Manuel Guillermo Chapman Moreno, quien paradójicamente fue postulado al cargo por la coalición “Juntos haremos historia”.

Paul no estudió periodismo, pero tiene licenciatura en Mercadotecnia y recientemente terminó una maestría en Administración y Gestión Pública; siempre sosteniendo –contra viento y marea– que “para ser periodista no hay que estudiar; únicamente basta con tener sensibilidad sobre una realidad, investigarla, darla a conocer, y denunciar lo que esté mal (o aplaudir lo que está bien), y hacer que lo malo no se repita; esto es, fijar un precedente y ponerle candados”.

Por ello, –asegura– poco a poco su canal de YouTube “Ni #1 más”, que fundó desde hace más de ocho años, se fue convirtiendo en líder de opinión, no solo del norte de Sinaloa, sino del centro y sur del estado. “Está mal que nos digan YouTubers, Feisbuqueros, Blogueros: somos comunicadores, periodistas; esa es la verdad, porque nosotros sí estamos haciendo lo que los capitalistas, medios de comunicación, los corporativos, no están haciendo”.

“¡No lo olvide, nos están matando presidente!”, le dijo con voz suplicante a Andrés Manuel López Obrador el miércoles 5 de febrero cuando, por fortuna, después de 12 días de asistir y que no le dieran la palabra, pudo explicarle cómo después de haber denunciado en el Salón Tesorería a Billi Chapman –como es conocido también el alcalde de Ahome–, no sólo que no se había movido nada, pese a haber entregado pruebas de su trabajo periodístico a la FGR desde aquel 2 de abril (2019), sino que el munícipe envió varias personas a ejecutarlo, denunció.

Antes había sido amenazado por Hilda Delgado, quien ocupa una de las siete sindicaturas municipales del ayuntamiento –también conocida por ser una de las principales aplaudidoras del munícipe– y quien durante una transmisión en vivo que realizaba Paul después de una sesión de cabildo, a gritos pedía a los asistentes que lo lincharan. ¡Te vamos a linchar Paul! ¡Te vamos a linchar! Se escucha gritar repetidamente en el video.

Esa ocasión Wilfredo Pineda, subdirector de Participación Ciudadana del municipio, le había comentado a Marco García, periodista también de redes sociales (Facebook) mejor conocido como “Marco #Ciudadano” que ‘el próximo que seguía era Paul’. Aquellas amenazas fueron hechas apenas 30 horas antes de que le pusieran una bala en la cabeza y lo dieran por muerto.

Soy de Los Mochis, Sinaloa –reveló Paul para este trabajo– y desciendo de una familia de empresarios. En 2008 me tocó ser presidente una cámara de comercio local, y desde ahí fui un fuerte crítico del sistema de gobierno y de las malas decisiones tomadas; así como de los fraudes a la Hacienda Pública, tanto municipal como de los estados. En aquel tiempo lo único que existía era el e-mail. El Whatsapp apenas empezaba a aparecer fuertemente, y Facebook no tenía la fuerza de ahora; Así comencé a hacer mis comentarios y críticas, señalando fraudes, robos, asesinatos, gente desaparecida, en lo que hoy conocemos como “benditas redes sociales”.

El día que lo mataron

Sabemos que en el 2018, a nivel nacional, sólo no hubo un ganador: el presidente López Obrador. Los demás, gobernadores, senadores, diputados federales, locales, alcaldes, regidores, la gran mayoría poco o nada contribuyeron en votos; se montaron únicamente a la ola del candidato que los hizo llegar.

Tampoco lo niego, López Obrador traicionó al país al pedirle a la gente que votara por todos los candidatos de Morena. La decisión verdadera, la responsable, hubiera sido “conócelos primero, estúdialos y vota”. Como quiera él la tenía asegurada. Por su culpa hoy tenemos –por ese partido o movimiento– al peor alcalde del municipio de Ahome, cabecera de Los Mochis; que es un ex priista con 30 años de carrera en ese partido y trayectoria en el SAT.

El viernes 30 de julio (2018), después del proceso electoral alguien le puso una bomba a su vehículo –modelo reciente– que estaba estacionado afuera de su negocio. “Esa vez me advirtieron que la siguiente explotaría en mi mueblería, un negocio con un inventario pesado, interesante, pero que al final no es propio, la mayor parte la debemos a los proveedores y, pese a ello, no nos hemos detenido. Seguimos trabajando”.

“Desde el triunfo de ‘Billi Chapman’, un sujeto ambicioso, cobarde, que nunca ha dado la cara, puedo decir que no he sido el único que han querido intimidar. A los pocos días de haber tomado protesta, por no ser afín a su esquema de corrupción, le puso una pistola en la cabeza a la Síndico Procuradora, Angelina Valenzuela Benítez, también de Morena, después de haber sido citada por el alcalde a su casa para una reunión, donde le dijeron ‘o te alineas o te mueres’. Ella lo denunció y desde noviembre de 2018 tiene que vivir con ocho elementos de seguridad, tanto para ella como para sus seis hijos. Esto no es vida.

Un balazo en la cabeza no es un susto, no es un atentado, no es un ataque. ¡Es un asesinato!

“Fue la noche del 19 de diciembre, cerca de mi estudio de grabación, en las calles principales de la ciudad, un cruce muy transitado, al dirigirme 300 metros a la Farmacia de Guadalajara acompañado de mi hija, donde compramos algunas cosas, al salir, regresábamos nuevamente al estudio cuando un cobarde – así hay que decirlo– me esperaba detrás de un auto, en la banqueta, y me pone una pistola en la cabeza y dispara. Fue cuestión de segundos.

Me dieron por muerto. Él huye con sus cómplices en un auto; yo quedo tirado en el asfalto y, seis segundos después recupero el sentido, me levanto para dirigirme nuevamente a la farmacia, pido ayuda a los clientes y el personal. Me dan los primeros auxilios y llaman a una ambulancia que llega en cuestión de minutos, sin embargo no quise que me trasladaran en ella porque era una ambulancia de un programa del ayuntamiento. Tenía miedo. Total, llego al Hospital Fátima y ahí permanezco 22 días, dos en terapia intensiva, con traquetomía, entubado, respirador, 16 sin poder hablar, 16 alimentado por zonda o popote. Por fortuna la bala había salido.

Desde el día que llegué el hospital, elementos de la Secretaría de Seguridad del Estado lo blindaron completamente. Los médicos fueron de lo mejor. Nos habían dicho que estaba de vacaciones en Sinaloa una eminente cirujana maxilofacial de los Mochis, la doctora Verónica Vidriales. “Si la traes vas a estar en las mejores manos del país”. La contactaron y aceptó atender mi caso. El 26 de diciembre viajó a Los Mochis, y el viernes 27 de diciembre a las siete de la mañana ya estábamos en quirófano. La cirugía fue un éxito.

– ¿Cómo llegaste a las mañaneras?

– Por un engaño que también denuncié al presidente en junio.

Resulta que en Sinaloa hay un personaje que solicita dinero por hacer trámites, y se dice enviado por el presidente. Resuelve grandes problemas no nada más del alcalde de Ahome, –el que me mandó matar– sino de todos. Una ocasión viajamos a la Ciudad de México un grupo de empresarios y le pregunté “¿Me puedes meter a las mañaneras?”; “Sí, claro”, respondió. Mañana te hablo a las seis de la mañana para decirte si conseguí tu pase. Me marca a las tres y media de la mañana para decirme que “no lo había conseguido, pero que ya estaba en la lista”.

Ese día soy el primero en llegar a la fila, pero me batean; me dicen que me espere, que así no es el procedimiento de los pases de invitado, que hay que mandarle un correo a Nohemí Beraud, pero también me señalan cómo hacerle para acreditarme; realizo los trámites y me voy a San Diego de vacaciones.

Estaba aterrizando cuando me llega el correo “Preséntate por tu acreditación” y dos días después me regreso de Estados Unidos. Me presento el miércoles 27 en la mañanera con mi folio de acreditación y mi correo, y a partir de ahí, miércoles, jueves, me traen con el dicho “tu acreditación aún no ha salido”, “ven más tarde”, etcétera; pero lo bueno es que me daban acceso. El viernes, por fin, me imprimen la acreditación. Fui el primero de Los Mochis y el segundo del Estado en acreditarme.

Las “Prostitutas de la información”

La Bahía de Topolobampo es la más grande del mundo –siempre que puedo lo presumo– y apenas hace unos días empezaron a llegar ballenas. Es una zona de bello paisaje con áreas de descanso y actividades como pesca, turismo, y donde la gente va, renta lanchas para ver los delfines y las aves migratorias que periódicamente llegan, descansan unos días y continúan su viaje.

En una de las intervenciones en la mañanera, Paul le denunció al presidente que una empresa de aquí, la Ciudad de México, quería construir una planta de amoniaco en esta bahía, lo que vendría a dañar totalmente el ecosistema, amenazando la pesca y el turismo. También le dice a López Obrador que, en este tema lo estaban engañando, o bien que “alguien le miente”. En respuesta, el primer mandatario gira instrucciones a la vocería para que el titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sagarpa) del gobierno federal atienda el caso, pero la vocería se hizo la occisa. No me extrañó, porque siempre he dicho que –increíblemente– “la vocería juega a las contras al presidente”.

Un día después de haber hecho este planteamiento, comenzó a recibir, dentro y fuera de la mañanera, ataques de ‘los que están dispuestos a hacer cualquier cosa con tal de no perder su cheque’, “y te doy nombres: Alejandro Lelo de Larrea, Carlos Montesinos de La Hoguera, Jannet López Ponce de Milenio, Noemí Gutiérrez de Reporte Índigo, la de MVS, cuando menos esos medios y/o periodistas me atacaron y trataron de ofenderme”.

Me dijeron que era un ‘ranchero’… (“ya quisieran ser de Los Mochis que es la capital del mundo”, agrega retador); y también que “no soy periodista” y que era simplemente un vendedor de ‘souvenirs’ del presidente. “Molesto, les respondí que ‘los que no eran periodistas eran ellos, porque yo sí he hecho investigaciones periodísticas y por ellas recibido amenazas; también he descubierto fraudes… Una muchacha dice ‘ahh… es que yo no sabía eso…’ ¡claro que no!, le respondí, ¡porque si fueran periodistas me hubieran investigado!”

Esta confrontación nos llevó hasta la Sala de prensa con Jesús Ramírez Cuevas, quien intenta ‘darme la razón argumentando’ “si él se dedica a vender cosas del presidente para vivir, ese es su problema”… ¡Hey, momento!, le respondo inmediatamente, “yo no me dedico a vender souvenirs, ya quisieran, yo tengo mis negocios y generalmente me paso la mitad del año en San Diego, y no es de vender esas cositas; de eso no se vive”. A pesar de que Jesús les recordó que yo había presentado un tema donde se violaba un tratado internacional, finalmente les dio la razón en todo. ¡Es increíble!

Ese día, antes de salir a una Expo-China en Santa Fe que tenía programada, enojado, hago una transmisión desde el hotel donde informo sobre mi pésima experiencia del día, en donde fui atacado por esos medios, y ahí dije que eran “Unas verdaderas prostitutas de la información” y por supuesto que aclaré que “no de sus cuerpos”, sino porque se callaban la verdad por dinero.

Cuando iba camino a Santa Fe recibo la llamada de Ana Duarte, asistente de Jesús Ramírez, quien me dice “Traes un relajo con tu video… te pedimos de favor, mi jefe ya me dijo, que si lo bajas no recibirás castigo. Haznos el favor y mañana no te presentes en la mañanera, hasta que esto se enfríe.

A pesar de que no cumplieron el ofrecimiento, yo tenía ya programado ir a la gira con el presidente en Tijuana el sábado, y el domingo me iría y de ahí a Los Mochis. En una transmisión en vivo que hice desde el avión, el presidente hasta me palmeó la espalda… bueno, el caso es que Ana Duarte me pide esto por instrucciones de Jesús Ramírez, justo el viernes 7 de junio, día de la libertad de expresión.

Como en Tijuana me quedé en el mismo hotel donde se hospedó el presidente y todos sus funcionarios, le comenté de esto a Olga Sánchez Cordero, antes de que se fuera al aeropuerto. Le dije “Soy Paul, el de las ‘prostitutas de la información’…” y que se encabrona. Me dijo que ella había hecho ya muchas cosas por las mujeres, y que yo no tenía derecho… Le dije ‘a ver Secretaria, a mí se me ofendió diciendo que era de rancho, que lo que llevaba eran mitotes, cuando no lo eran; también que yo era un simple vendedor…’

La Secretaria de Gobernación me dijo que hablaría con Jesús porque “Mereces un castigo”, que te suspendan un tiempo, ‘ya lo acordamos, –le respondí– por eso voy a volar a los Mochis, estoy castigado’; pero ella aclaró ‘no quiero que te quiten la acreditación, pero sí mereces un castigo, porque el término no va’. Ya tengo un castigo, insisto. “De cualquier forma voy a hablar con Jesús”, agregó molesta y apresurada abordó su Grand Cherokee negra.

Nohemí Beraud me dijo: “Lo que hiciste estuvo muy mal. Aquí son preguntas periodísticas no que vengas a denunciar gente”, seguramente porque se trataba de un alcalde de Morena. Sin embargo se trataba de una investigación profesionalmente reporteada y que ya estaba en manos del fiscal Alejandro Gertz. Se la había llevado el senador por Sinaloa Mario Zamora.

Esta entrevista la realizamos el martes 4 de febrero y, al día siguiente, el presidente le otorga la palabra a Paul, donde plantea lo de su atentado; ahí, el Ejecutivo se compromete a llevar la investigación sin ningún influyentísimo, “que sepas a ciencia cierta que no hay ningún poder en México que esté por encima de la justicia (…) que se investigue y conozca a los autores materiales e intelectuales, y que haya castigo, sea quien sea”.

Después de la pregunta, Paul atendió los reclamos periodísticos de varios compañeros de diversos medios; después se fue a la Comisión de Atención a Víctimas. A las 13:30 horas fue recibido por Julio Scherer Ibarra, Consejero Jurídico del Ejecutivo Federal. Por la tarde se entrevistó con RompevientosTV, El Debate de Sinaloa (vía telefónica) igual que El Universal. Hizo un FaceTime con ImagenTelevisión y el jueves fue recibido por Alejandro Gertz Manero, Fiscal General de la República, quien le indicó la ruta que llevaría su denuncia para que no fuera sólo un escándalo mediático, sino un caso de éxito. A distancia, Paul ha estado en el Mecanismo Federal de Protección a Periodistas desde el 6 de enero de este año y desde el viernes 17 de enero fue extraído a la Ciudad de México.

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Publicado el 9 febrero 2020 en Noreste.net