Todos conocemos a alguien que se nos fue (o está yendo) por cáncer, pero nunca nos detenemos a pensar qué hay detrás de esta enfermedad, o si existe alguna forma de prevenirla. La causa primaria, acidez del cuerpo, la descubrió en 1923 Otto Heinrich Warburg, un científico alemán que recibió el Premio Nobel de Medicina en 1931. Desde entonces lo único que se ha hecho es administrarlo y ocultar convenientemente sus causas por parte de las farmacéuticas.

Las células normales necesitan oxígeno y las cancerosas pueden vivir sin él; por eso cuando una célula es privada 48 horas del 35% de su oxígeno, puede convertirse en cáncer. Una regla sin excepciones, asegura Heinrich Warburg en El metabolismo de los tumores, es que los tejidos tumorales son ácidos, mientras que los sanos son alcalinos, por tanto el cáncer es el mecanismo de defensa que implementan ciertas células para sobrevivir en un ambiente ácido y libre de oxígeno.

Cada que nos alimentamos, dependiendo de la calidad de proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales que ingerimos, creamos esa acidez o alcalinidad; por lo que, para que las persona sana debe tener en la sangre un pH de entre 7.4 y 7.45; si es menor a 7, pudiera entrar en coma diabético y morir.

Los alimentos favorecedores del cáncer son azúcar refinadas, todos tipo de carne; productos de origen animal (huevos, leche y queso, requesón, yogur, etc.); la sal y harinas refinadas con sus derivados: pastas, pasteles, galletas, etc.; por lo general el pan contiene grasas saturadas, margarina, grasa vegetal (de origen indefinido), sal, azúcar y conservantes, por tanto son dañinos. También margarinas, cafeínas, té negro, chocolate; alcohol y tabaco; los antibióticos y la medicina en general; igual alimentos cocinados porque al hacerlo eliminamos el oxígeno y aumentamos su acidez. Los procesados, enlatados, llegan a tener altas cantidades de conservantes, colorantes, aromatizantes y estabilizantes, por tanto pueden causar cáncer.

Para contrarrestar el cáncer podemos consumir verduras crudas, porque cocidas pierden su oxígeno; frutas crudas: el limón, por ejemplo, tiene un pH de aproximadamente 2.2, sin embargo dentro del cuerpo es altamente alcalino. Algunas semillas como las almendras son muy alcalinas; también los granos enteros son ligeramente ácidos, sin embargo, ya que la dieta ideal necesita un cierto porcentaje de acidez, es bueno consumirlos en forma moderada. Todos los cereales deben por supuesto ser consumidos cocinados; sin embargo la miel es altamente alcalinizante; y la clorofila de las plantas, especialmente la sábila es altamente alcalina.

El objetivo de las quimioterapias es acidificar el cuerpo utilizando las propias reservas alcalinas del cuerpo para neutralizar la acidez, sacrificando los minerales básicos (calcio, magnesio y potasio) depositadas en los huesos, dientes, articulaciones, uñas y cabello, por eso su pérdida. Esta información es poco revelada porque así conviene a las farmacéuticas y sus multimillonarias ganancias.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer es la segunda causa de muerte y de casi una de cada seis defunciones en el mundo. En 2015 llegó a ocasionar 8.8 millones de defunciones y casi el 70% se registraron en países de ingresos medios y bajos. 26% de los países de ingresos bajos, en 2017, informaron de que la sanidad pública contaba con servicios de patología para atender a la población en general; mientras que más del 90% de los países de ingresos altos ofrecieron tratamiento a enfermos oncológicos, y en los países de ingresos bajos este porcentaje ha sido inferior al 30%.

Los cinco tipos de cáncer que han causado mayor número de muertos han sido: pulmonar (1.69 millones de defunciones), hepático (788 mil defunciones), colorrectal (774 mil defunciones), gástrico (754 mil defunciones) y mamario (571 mil defunciones).

Publicado en El Universal Querétaro el 06/01/2019