Se le ha encontrado también que puede regenerar las células madre de los dientes que, al deteriorarse, producen caries. “¡Qué bueno que se inventaron las caguamas y también las aspirinas!”, dijo alguna vez la poetisa Silvia Tomasa Rivera a quien Elena Ponitawoska, escritora, bautizara como La dama de las caguamas; sin embargo, sólo quien hemos padecido dolor de cabeza sabemos que lo que la poetisa huasteca decía era insoslayable verdad.

Tan vieja como nuestra existencia, la aspirina ha sido la salvación de quienes abusamos de los privilegios de Baco y otros excesos. Reseñas marcan el origen de la aspirina a los antiguos egipcios, sumerios y chinos, pero fue Hipócrates quien hizo la primera mención después de preparar un brebaje de hojas y corteza de sauce blanco, para aliviar dolores y fiebre de sus pacientes.

El religioso Edward Stone descubrió su efecto antipirético y, a partir de ahí, los científicos encontraron la salicilina como principio activo, precursor del ácido salicílico y del acetilsalicílico. Se siguieron haciendo investigaciones para aislar este principio extraído de la corteza de este árbol: el salguero o sauce blanco (salix alba) oriundo de zonas templadas, centro y sur de Europa, norte de África, Oeste asiático y en menor medida Norteamérica.

Hablamos de 1828, cuando Johann Buchner, profesor farmacéutico en la Universidad de Múnich, trabajaba para sintetizar este elemento activo; también 1829 con el francés Henri Leroux también farmacéutico; de 1838 con Raffaele Piria, químico italiano que trabajaba para la Sorbona de París.

Queriendo quitarle el sabor amargo y los efectos secundarios, el químico francés Charles Frédéric Gerhardt, 1853, sintetizó por vez primera el ácido acetilsalicílico. En 1859 Hermann Kolbe, químico alemán, lo presenta en forma de sal y, hasta 1897 Felix Hoffmann, investigador de laboratorios Bayer, al buscar cura al reumatismo crónico de su padre, logró sintetizarlo con gran pureza; sin embargo, su comercialización se debe al farmacólogo alemán Heinrich Dreser en 1899.

El jefe de Hoffmann en laboratorios Bayer fue quien le dio el nombre de aspirina y se atribuyó su descubrimiento. Esta maravilla de datos, así como su evolución como medicamento analgésico y antiinflamatorio, los podrá encontrar, entre otros, en Wikipedia. Su nombre como fármaco se hizo mundialmente famoso porque sus propiedades curativas se han multiplicado más allá de las que motivaron su creación. Se le atribuye, por ejemplo, ser eficaz anticoagulante y, en pequeñas dosis, cura enfermedades cardiovasculares. Actualmente la caja dice “Para el alivio del dolor y la fiebre” con indicación terapéutica “dolor de cabeza, muelas y oídos, auxiliar en algunas molestias del resfriado común y fiebre”.

Reparador de caries, actual descubrimiento. El 12 de septiembre (2017), la BBC difundió el descubrimiento de científicos de la Universidad de la Reina de Belfast, Irlanda del Norte, de que también puede estimular las células madre de los dientes y favorecer la regeneración de los mismos. Lo anterior es importante porque según la Organización Mundial de la Salud, OMS, entre el 60 y 90% de los niños padecen caries y casi el 100% de los adultos del mundo. La pérdida de dientes por enfermedades periodontales afecta a 15 o 20% de los adultos de 35 a 44 años, y alrededor del 30% de la población mundial con edades entre 65 y 74 años, de plano ya no tiene dientes naturales.

En la conferencia anual de la Sociedad Británica para la Investigación Oral y Dental, especialistas de la Facultad de Medicina, Odontología y Ciencias Biomédicas de la Universidad de la Reina, encabezados por la profesora Ikhlas El Karim, mostraron resultados de los ensayos de laboratorio, difundió BBC Mundo. Combinando técnicas de genómica y bioinformática, observaron que el tratamiento con dosis bajas de aspirina aumentaba la mineralización y la expresión de los genes responsables de la formación de dentina. “El próximo paso será desarrollar un sistema de suministro adecuado para probar la eficacia del fármaco en un ensayo clínico”, afirmó la investigadora.

Publicado el domingo 21 de octubre de 2017 en El Universal Querétaro