Una vez que egresaron de la Escuela Nacional de Música buscando hacer algo diferente, Irma Zamudio y Daniel Contreras se clavaron por más de dos años en el Archivo General de la Nación investigando lo que en su momento prohibía la Santa Inquisición hasta encontrar cantos y bailes prohibidos por la iglesia, poesías y otras cosas. Como lo hallado no tenía pauta musical, le pusieron una y armaron el espectáculo: “La música prohibida por la inquisición”, lo que llevó a formar, hace más de 20 años, el grupo Nesh-Kala, palabra maya que significa “purificando el tiempo”.

Hoy Irma no cabe de la emoción porque su perseverancia ha hecho que este domingo 10 de junio, en el Teatro de la Ciudad de México, presente este espectáculo. Afanosamente buscan patrocinios, afinan el montaje, ensayan, dan entrevistas, luchan contra la burocracia cultural… Nesh-Kala lo integran Daniel Contreras (ex corista de Óscar Chávez, voz principal, guitarra y vihuela) e Irma Zamudio (coros, violín, flauta, vihuela y acordeón), quienes le talachearon en la investigación y musicalización. Eduardo Becerril hace coros, bajo, guitarra y armónica, y egresó también de la Nacional de Música. Alonso Tovar, percusiones, bajo eléctrico, guitarra, acordeón, y está graduado de la Facultad de Filosofía y Letras, UNAM, especializado en etnomusicología.

En Querétaro se han presentado en el Centro de Reinserción Social, Cereso, así como en los centros de la CDMX. También en el Archivo General de la Nación, el recinto Parlamentario de Palacio Nacional, en encuentros de Etnomusicología en la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Estuvieron presentes en la exposición Instrumentos europeos de tortura y pena capital en el Antiguo Palacio de la Inquisición; en el Museo del Templo Mayor, festivales como el Internacional de Puebla y el Internacional de Tamaulipas; la Feria Internacional del Libro en Xalapa, Veracruz, por mencionar algunos.

Las primeras dos víctimas que cobró el Tribunal del Santo Oficio de la Nueva España murieron ahorcadas y quemadas un 28 de febrero de 1524, hace 444 años. Eran parte de los 71 sentenciados de Pedro Moya de Contreras, sacerdote español, sexto virrey de la Nueva España y juez supremo de la Inquisición. Entre todos los registros, Irma y Daniel rescataron procesos a bailes populares cuya letra y forma de danzar contrariaba a jerarcas de la Iglesia. El amor de un fraile por una monja, un proceso seguido a un soneto que invitaba a independizarse de la corona española, sin faltar el famoso Chuchumbé, popularizado a mediados de 1766 en Veracruz.

La música prohibida por la inquisición la conforman 11 piezas musicales que dan una visión general de cómo era la vida cotidiana en la Nueva España, donde, a pesar del temor a la Iglesia, hubo gente que se atrevía a burlarse del sistema político y religioso establecido. Los inquisidores, al querer desaparecer estas prácticas, las archivaron para castigar a los “infractores”. Además de este espectáculo, Nesh-Kala ha montado Cuando mi abuelo era niño: arrullos, canciones de cuna, coplas y rondas infantiles. De calaveras y otras cosas, canciones populares cuyo eje es la muerte y la festividad de muertos. Llegó el momento, espectáculo multidisciplinario —video, música y teatro—donde se hace un recorrido escénico musical desde la independencia a la primera revolución social del siglo XX.

Echen confites y otras canciones, temas de navidad, pastorelas y cantos alusivos. Historias de mi Ciudad es un reconocimiento al compositor y cronista Chava Flores. Para conocer más de estos jóvenes pueden visitar nesh-kala.com. Los queridos 50 primeros lectores de EL UNIVERSAL Querétaro recibirán 50% de descuento con la clave “Me gusta el chuchumbé” al llegar a taquilla.

Domingo 3 de junio de 2018 EL UNIVERSAL QUERÉTARO