No. “No somos iguales”, asegura el señor presidente, sin embargo en el fondo sí lo somos; o ¿cuánto tiempo se podrá seguir ocultando la verdad? Y lo que es peor, no se puede construir o reconstruir un país nuevo, con residuos de anteriores corrupciones o los visos públicos de ellas. Es triste señalarlo pero México está lleno de arrepentidos; de aquellos que creyeron en una “honestidad valiente”, una lucha prometida, denodada, contra la corrupción que tenía hartos a miles de mexicanos y que honradamente votaron por lo que parecía ser la única solución. Dolía, sí, en el fondo del alma, ver cómo mucha gente se hacía cada vez más pobre mientras los políticos e hijos de ellos heredaban los cargos de representación popular, únicamente para beneficio de sus personas.
Ellos, aquella masa empobrecida, es ahora la bandera del actual gobierno a los que destina sus paternalistas ‘programas sociales’ que no retribuyen su inversión (más que para futuros intereses políticos del Ejecutivo en turno) ni tampoco garantizan que terminarán con la pobreza, sino que –más bien– fomentan más aquella miseria.
Se habla, dice, acusa, pondera, denuncia y argumenta, pero en el fondo este proyecto de gobierno nació muerto y lo único que tenía vivo era la esperanza de muchos de que en realidad “las cosas ahora sí cambiaran”.
Desde un inicio, muchos de los actuales secretarios (de Estado) han llegado al actual gobierno señalados –conocidos y reconocidos– por la mancha de la corrupción; otros han renunciado y denunciado las incongruencias del que los convocó. Algunos más, los que no tenían mancha visible o pública les van surgiendo (Irma Eréndira Sandoval, Rocio Nahale, Zoé Robledo –ahora contagiado de Covid19, por desgracia–, entre otros), los demás tampoco tendrán posibilidades de hacer algo por su país porque entraron amarrados a desempeñar un cargo para el que, o bien eran incapaces de desempeñar, o únicamente fueron ungidos para “seguir órdenes”.
Encima de todo llega un coronavirus que, además de lacerar la confianza y la armonía popular y familiar, la idiosincrasia, acomoda todo a favor de la autocracia en el gobierno, porque si bien –con el primer año de ejercicio– traíamos ya un país con una crisis política, económica y ahora hasta de salud donde si algo le sobraba eran los pretextos; después de la pandemia seguramente emergerá un nuevo grito de impotencia porque las clases pobres se volverán miserables y las que sostenían el sistema con su trabajo, se irán integrando al alud de pobres, y serán rehenes del desorden administrativo, y gritarán, protestaran, en contra de la nueva clase política que hoy navega hacia lugar incierto. La incertidumbre será la reina del caos.
¿No me cree? desde el triunfo de “Juntos haremos historia” lo informaron
Por ejemplo, Arturo Rodríguez García (Proceso/Edición 2151) difundió desde enero de 2018 que Miguel Torruco Marqués, secretario de Turismo, no era un especialista en el tema, sino el consuegro de Carlos Slim, “padre de la socialité María Elena Torruco, esposa de Carlos Slim Domit, y que había sido asesor de López Obrador desde febrero de 2017 y que abandonó la secretaría de turismo capitalina porque Miguel Ángel Mancera denunció que era un funcionario de medio tiempo”[1].
También que Marcos Fastlicht Sackler, suegro de Emilio Azcárraga Jean (presidente del Consejo de Administración de Televisa), y quien es el que está ayudando al señor López (Obrador) a promover en el extranjero el intercambio de aeronaves del gobierno federal por equipo médico, según su propia declaración. Él es un inversionista inmobiliario y del negocio del entretenimiento, quien ha estado involucrado en consejos ciudadanos relacionados con seguridad y derechos humanos. Asesora también a Emilio Azcárraga Jean en seguridad.
¿Hay o no compromiso con el poder económico?
Esteban Moctezuma Barragán, secretario de Educación, descendiente del emperador Moctezuma II, y del expresidente Miguel Francisco Barragán (1835-1836); del diputado al Congreso Constituyente de 1857 Juan Bautista Barragán, y del general revolucionario Juan Barragán, fue secretario de Gobernación y Desarrollo Social con Ernesto Zedillo[2]. Dirigió desde 2002 la Fundación Azteca, e hizo infinidad de negocios con las Orquestas Esperanza Azteca con su socio y aliado Ricardo Salinas Pliego quien actualmente es asesor de negocios del presidente López Obrador. Su hermano Pablo Moctezuma Barragán, doctor, ha sido jefe delegacional en Azcapotzalco por Morena.
Coordinador de estrategia y enlace con empresarios, gobiernos y sociedad civil, Alfonso Romo Garza, (sobrino nieto de Francisco I. Madero) en los noventa llegó a ser el millonario número uno de México. Por su matrimonio con Maca, la nieta del magnate Eugenio Garza Sada –asesinado en 1973– es yerno de Alejandro Garza Lagüera. La relación de Romo con los Garza Sada se ha visto deteriorada después de ocho años de litigio por dinero, igual que con la descendencia de Roberto Garza Sada, difundió Arturo Rodríguez.
De todos sus negocios del pasado –Grupo Pulsar, Savia, Seminis, Tabamex y Grupo Monterrey–, nació Synthetic Genomics, que está «cultivando» pulmones, corazones, páncreas e hígados en cerdos para ser trasplantados en humanos señaló la periodista Elia Baltazar (Infobae/3 de julio/2018). «No es el mejor ejemplo de ética empresarial, pues al menos una operación con su empresa Seminis (el mayor desarrollador, productor y comercializador de semillas de frutas y verduras del mundo) dejó dudas sobre su compromiso con la transparencia y la responsabilidad», publicó en 2018 The Wall Street Journal.
Con larga trayectoria como funcionario de gobiernos priistas, Javier Jiménez Espriú, secretario de Comunicaciones y Transportes es hijo del general Javier Jiménez Segura, y está casado con Elisa Margarita Gutiérrez Saldivar, hija de Pascual Gutiérrez Roldán, director de Pemex en el sexenio de Adolfo López Mateos. Es tío político del embajador de México en Estados Unidos, Gerónimo Gutiérrez, y cuñado de Pascual Gutiérrez Saldivar, cabeza del Grupo Idesa, fundada por Gutiérrez Roldán, dedicada al sector energético con inversiones de las familias Slim y Del Mazo, y donde Jiménez Espriú fue miembro del Consejo de Administración hasta junio de 2018. Gutiérrez Saldivar ha estado implicado en escándalos de corrupción con Odebrecht.
En su tuit del 10 de enero 2019, Jorge Triana difunde que además de Presidente de Administración de Idesa, Jiménez Espriú también lo fue de Turbo Reactores, SA de CV, y miembro de los Consejos de Administración de Teléfonos de México, Banco Nacional de México, Compañía Mexicana de Aviación, y Aeronaves de México. Esto con información de la propia presidencia de la República[3].
El ex priista Marcelo Ebrard aliado político de Obrador desde 2000, cuenta con una amplia trayectoria en el servicio público desde los años ochenta, y cuenta con una importante formación académica en el extranjero. Transitó al PRD como candidato y jefe de gobierno en la Ciudad de México, y renunció por una serie de fracturas internas en ese partido. Estuvo tres años ausente de la política por un escándalo de presunta corrupción en la Línea 12 del Metro; y se le ha vinculado al desarrollo de tiendas Wallmart en México (donde sus hermanos han sido importantes funcionarios) y con negocios de estacionamientos y parquímetros.
Su lugar en el gabinete lópezobradorista fue ganado –principalmente– porque, como coordinador en Jalisco, Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Durango, Nayarit, Sinaloa y Sonora, en la campaña hizo ganar en estos lugares al ahora presidente, en donde nunca había podido remontar en votos, pero el pasado 2018 se llevó todas las victorias, según se documenta públicamente.
Qué decir de Alfonso Durazo Montaño, otro connotado ex priista, quien fue dirigente de Morena en Sonora y comenzó su carrera política con Luis Donaldo Colosio de quien fue secretario particular, igual que de Vicente Fox. En 2006 fue candidato a senador por la coalición “Por el Bien de Todos” (PRD-PT-Convergencia) y diputado federal por Morena de 2012 a 2015.
Hay tantos personajes en la administración lopezobradorista que una columna no alcanzaría para mencionarlos a todos. Finalmente citemos por ejemplo a Alejandro Gertz Manero, el Fiscal General de la República a quien en 2011 Genaro García Luna culpara de la fuga de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, y de haber corrompido el sistema penitenciario[4].
Pregunto ¿Se puede gobernar libremente un país con todos estos integrantes dentro del gabinete, y los que faltan?
Quizás por ello el presidente ha ejercido un gobierno casi autárquico, donde nadie puede sacar la cabeza si él no lo permite; y donde en sus angustiantes mañaneras, llena de datos y anécdotas hartamente repetitivas y poca transparencia. Esos “diálogos circulares” que tanto presume y donde poco escucha, pueden terminar siendo su marca y su tumba política; porque según el índice de Capacidad para Combatir la Corrupción 2020, organismo que previene, investiga y sanciona estos actos, México está estancado con una calificación de 4.55 sobre 10, principalmente por las asignaciones directas en contrataciones públicas, el debilitamiento del Sistema Nacional Anticorrupción y el desmoronamiento de los órganos reguladores.
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*/ @PPsobrevilla, www.pepesobrevilla.com
[1] https://www.proceso.com.mx/519776/en-el-entorno-de-lopez-obrador-personeros-de-la-mafia-del-poder
[2] Idem
[3] https://twitter.com/jtrianat/status/1083560357925335042?lang=es
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