“Yo estaba ahí, lo vi y lo viví. A mí nadie me lo puede contar”, dijo el General José Francisco Gallardo Rodríguez a los periodistas Álvaro Delgado y Alejandro Páez Varela respecto a las ‘cofradías’ existentes dentro del Ejército, una de las cuales logró traer al General Salvador Cienfuegos, según el propio Gallardo y otras voces periodísticas. Estas ‘cofradías’ en grupos policiales no son nuevas, pero ¿En el Ejército? Además, liberarlo ¿hasta de las acusaciones?, porque allá el acusado era el General Cienfuegos, aquí, si investigan ya no solo lo acusarán a él, sino a toda la institución.
En los tiempos del General Arturo “El Negro” Durazo –en la Ciudad de México– fue famosa “La Hermandad”, misma que ha sido leyenda, refrendada por algunos y negada por muchos, y que, según el portal mugsnoticias, operaba extorsionando subalternos, tropa, policía de menor grado… a quienes cobraban una cuota diaria por patrullas, motos, grúas, armas, uniformes, combustible, refacciones, turnos, vacaciones, permisos, arrestos, cruceros y zonas productivas. El puesto que ocuparan no importaba, siempre y cuando quisieran salir a “trabajar”.
Pero las cofradías en el Ejército, ayer que la circulo como texto volado el portal “emeequis”, de la otrora revista (ahora de Rogelio Cárdenas Estandía) la cual hoy, ya oficialmente con logos integrados, la volvió a sacar, despertó suspicacias; sin embargo, son las palabras del General José Francisco Gallardo a los compañeros de La Octava (ayer) y que reproduce el amigo Alejandro Páez Varela en Sinembargo.Mx (hoy) las que nos arrojan más luz al tema.
Quien lo iba a imaginar. Una de esas cofradías surgió durante la existencia del poderoso Estado Mayor Presidencial, y la otra en el de los Diplomados del Estado Mayor, que aún se conserva dentro del bloque del Ejército, reveló Gallardo.
Sin duda, este día, ha sido el tópico favorito de los columnistas y comentócratas: Que si es un triunfo del Ejército, que si un acertado golpe de la diplomacia, que si fue un apapacho de Trump para López Obrador por no felicitar a Biden, que si la DEA armó mal la investigación, etcétera. Lo que es un hecho es que ayer llegó y hoy es un hombre libre y los vínculos con el narcotráfico apenas se “empezarán a investigar” en nuestro país.
Vale la pena tomar en cuenta una charla informal con otro amigo, el abogado Max Morales, especialista en liberación de rehenes y víctimas de secuestro, cuando dice que la liberación del General se debió a los motivos siguientes:
1.-Testigo único no hace prueba.
2.- Sin pruebas no hay responsabilidad.
3.- Quien acusa, tiene la obligación de probar y si no cuenta con pruebas legales tampoco hay responsabilidad.
4.- Nadie puede ser molestado en su persona propiedades o derechos sino mediante juicio seguido por autoridades competentes y con pruebas idóneas…
5.- La famosa presunción de inocencia, donde todo mundo es inocente hasta que se pruebe lo contrario.
6.- Nadie puede ser juzgado ni por analogía ni por mayoría de razón.
7.- La responsabilidad penal es personal… si la persona no comete delito alguno es inocente.
8.- No hubo extradición porque no hay delito, únicamente fue repatriado.
9.- Las pruebas tienen que ser legitimas y legales, para que tengan efectos jurídicos.
10.- Ahora, en México nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo delito.
11.- Se fabricó una acusación para efectos de beneficio político de un presidente con intenciones de reelección.
11.- La acusación fue falsa.
12.- Su caso se judicializó en medios.
13.- Primero desprestigio, acuso falsamente, y después saco provecho político. Después libero – repatrio, y ni un “Usted disculpe”.
No hay motivos para dudar del General Gallardo, quien además de haber sido sinodal en mi titulación en la UNAM, lo hemos entrevistado tantas veces; sin embargo, es de preocupar cuando dice que “en el Ejército hay una ‘cofradía’ a la que pertenece el propio General Salvador Cienfuegos Zepeda y la élite de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), incluidos los actuales mandos, quienes doblaron al presidente López Obrador para presionar el retorno del extitular de la Sedena”.
Lo curioso es que el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas no tenía ni la más jodida idea de su existencia, hasta que sintió sus efectos. ¿Cómo sucedió? Cuenta Gallardo que, a López Obrador ya como presidente electo, lo mandaron llamar a la Secretaría de Marina para una reunión con integrantes de las fuerzas armadas. Cuando fue, salió muy ‘tronado’, porque lo doblaron”, aseguró el general defenestrado de la Cuarta Transformación. Tanto Álvaro Delgado como Alejandro Páez preguntaban insistentes al General Gallardo si Luis Crescencio Sandoval formaba parte de aquella ‘cofradía’: “Todos los que están en los mandos altos superiores del Ejército, incluyendo el General Secretario de la Defensa” pertenecen, respondió.
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