• Desde Isla Mujeres, Dhante Loyola, artista mexicano, cuenta la historia de cómo incursionó en el arte plástico.

Visitar el mar caribe será siempre un agasajo y, la verdad, Isla Mujeres siempre competirá en belleza con Cancún, que está a solo 13 kilómetros cruzando por el Ferri, y que fue descubierta por el expedicionario Francisco Hernández de Córdoba en 1517, cuando, en la época prehispánica, la isla estaba consagrada a Ixchel, diosa maya de la Luna, el amor y la fertilidad, y que recibía ofrendas con formas femeninas que los creyentes depositaban en sus playas. A la llegada de los conquistadores españoles y observar las figuras, la bautizaron como Isla Mujeres. Pues hasta ahí llegamos para entrevistar al gran amigo y mejor pintor que eligió aquella maravillosa isla como su lugar residencia.

La pregunta flotaba en el aire ¿Nace o se hace artista? interrogante que lleva años en el ambiente cultural y que, después de platicar con Dhante Loyola, podríamos testificar que la creatividad de un artista plástico, generalmente nace porque viene desde su infancia, se cultiva, pero también se fortalece porque, al abrevar de la cultura y la información, el creador se va dotando de tópicos inteligentes que son plasmados en sus obras.

A Dhante, por su trayectoria, el gobierno de Santiago de Cuba, le acaba de otorgar la medalla José María Heredia; presea que escasamente es entregada a un extranjero, y que él la recibió también por sus participaciones constantes en el Festival Internacional del Caribe que año con año se lleva a cabo (del 3 al 9 de julio) en aquella parte del Caribe. Esto sucedió en julio de 2023, justo cuando había inaugurado otra exposición en el Museo Iconográfico del Quijote, en Guanajuato, sede del también Festival Cervantino. “Ahí estuve un par de días interactuando con el público que visitaba la muestra y fue muy Interesante…”, nos dijo en aquella entrevista en Isla Mujeres, Quintana Roo.

Egresado de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, actualmente ha estado participando en el evento Bienal internacional de Pintura Mural InterNOS que se realiza en Santiago de Cuba y que es el evento más longevo de pintura mural que se realiza en el mundo y, en el cual, además de él, han participado artistas de Estados Unidos, Costa Rica, Argentina y México.

   Dhante nació en la Ciudad de México (22 de junio 1975) y desde que tiene memoria ha estado en cercanía de las artes visuales, dado que su padre al haber estudiado en la Academia de San Carlos (donde le tocó el movimiento de 1968) y, aunque él se ha dedicado a la publicidad, siempre ha mantenido su interés por el quehacer pictórico y como ilustrador. “Yo también empecé trabajando con él como ilustrador en su despacho de publicidad, de diseño gráfico. Y ahí también comencé esta relación con las artes visuales”.

− ¿Cuándo realizaste tu primera exposición de arte?

Fue cuando estaba en el Centro de Educación Artística, CEDART, estas escuelas de nivel preparatoria que tiene el Instituto Nacional de Bellas Artes, INBA y, en una de ellas, la Luis Spota de la Ciudad de México, yo tomé un curso en aquellos años. Como parte de una materia de la escuela, −recuerdo− una maestra atinadamente nos ayudó a conseguir un espacio en una casa de cultura; y ahí tuve mi primera exposición colectiva. Después de ahí, y hasta la fecha, estoy alcanzando ya las 50 exposiciones colectivas y 30 individuales.

−Respecto a la evolución del arte plástico, desde que iniciaste tu carrera artística hasta ahora, en general, ¿qué nos podrías comentar?

                Me tocó una época interesante de ir siempre contra la marea; una época en la que estaba en boga el ‘arte contemporáneo’. En la Escuela Nacional de Artes Plásticas era difícil encontrar expresiones de la plástica que debamos considerar ‘tradicionales’. No. La pintura, la escultura todo estaba lleno y permanece aún muy saturado de exposiciones del arte que yo llamo ‘contemporáneo’. Entonces nosotros que queríamos realmente aprender a dibujar, a pintar, a construir a partir del trabajo manual, de los procesos técnicos y del oficio del pintor, del escultor, del dibujante, pero no había mucha cabida, era muy difícil.

Ese sentido, nosotros siempre estuvimos a contracorriente; nunca perdimos la idea, la convicción, de querer dibujar. Aprender las técnicas de construir un discurso visual a partir del trabajo y no del puro discurso. Y ahora, hace algunos años en Europa y en América hay un viraje hacia las expresiones que tienen que ver con el oficio, con el talento puesto en el ejercicio de las técnicas pictóricas en academias que ya están retomando otra vez estos ejercicios técnicos. El arte contemporáneo, si bien sigue estando en boga en una cierta élite, también está claro que hay una necesidad social de los propios artistas de ir retomando lo que en estas décadas −que me tocaron de formación− se habían perdido, y que forman parte de un proyecto ideológico mucho más profundo.

Desde la Guerra Fría y la incursión de los artistas que fueron arropados por los dineros de Estados Unidos, de la CIA, y todos estos mecanismos para hacer propaganda de alto nivel cultural, y que fueron desarticulando las propuestas que tienen que ver con lo que se relaciona con la función social del arte. Entonces hay un reencuentro con eso.

Existen ahora muchas expresiones urbanas; y sobre esos temas habrá que hacer una larga conversación sobre la confusión que hay sobre el arte urbano, el grafiti. Pero a fin de cuentas se va acercando al arte público como lo es él. Las obras de arte mural se van acercando y van dejando un poco de lado esto que sigue estando en los museos y galerías, muy difícil del arte contemporáneo; pero hoy, otra vez la gente y los propios artistas están tratando de regresar al oficio.

−Actualmente ¿estás trabajando algún proyecto especial?

                En mi exposición para el próximo Festival del Caribe en julio. También le doy continuidad a un mural que el año pasado empezamos en la Casa del Caribe, en la misma ciudad de Santiago. Se trata de un mural cerámico que tiene por tema el sol, y este año vamos a hacer una etapa de continuación. Desde el principio lo concebí como un proyecto que iría en diferentes etapas y estoy preparando eso, mi exposición personal, y por supuesto el proyecto que tengo de mi taller personal, una galería de arte, que próximamente vamos a abrir aquí en Isla Mujeres, que se va a llamar “Vanitas” y espero que sea antes de partir al Festival del Caribe. Vanitas, comentó Dhante, viene del término vanidad, y es un subgénero de la pintura del género del bodegón y la naturaleza muerta.

−¿En qué lugares se ha sido exhibido tu trabajo?

                En el Festival del Caribe, del cual desde hace muchos años ya formo parte y siempre es una experiencia muy buena, un lugar muy digno donde se da el intercambio con artistas de muchos países. También el Museo Iconográfico del Quijote que en los últimos años ha sido muy relevante para mí. Y en cuanto a la trayectoria que internacionalmente me respalda, he expuesto en Francia, Italia, Cuba, lugares donde he tenido varios reconocimientos, así como en otros países de Latinoamérica.  

                Este reportero conoció a Dhante Loyola por el proyecto Medusa, allá por finales de los noventa (97-98) cuando él con varios artistas plásticos fijaron un posicionamiento sobre el verdadero arte, y el llamado arte contemporáneo.

−Hasta este momento, desde el Manifiesto, ¿qué ha cambiado, hasta ahora?

Hemos cambiado nosotros y también un poco el panorama. Hay muchas academias que ya están enseñando a pintar otra vez en México, inclusive hay un acercamiento con algunos artistas que son, desde mi perspectiva, bastante buenos pintores, buenos dibujantes; y un poco de eso, creo que somos ese hilo, ese puente que parecía −como parece−, que nunca hubiera existido. “Precisamente nuestro manifiesto por esos años 97 o 98 demuestra que nosotros estábamos ya en ese momento denunciando el fraude que en muchos casos representaba el arte contemporáneo. Ya estábamos en pie de guerra.

−¿Qué se hicieron aquellos compañeros del Ojo de Medusa? ¿Qué fue de sus vidas?

Seguimos en contacto. No muy seguido porque yo me vine a vivir al Caribe, y ellos permanecen en la Ciudad de México. Pero con el que tengo más contacto es con Javier Márquez, que sigue pintando y haciendo una obra de muchísima calidad. Es un artista muy talentoso. Eduardo da clases en una de las prepas que se hicieron en el gobierno. Inti no se. Él está incursionando en otras disciplinas, pero también sé que está en activo como artista.

Y bueno, yo pues he seguido mi trayectoria, así como muchos otros invitados que se fueron incorporando y actualmente también trabajan, como Eder Contreras, que está en Guanajuato. Él sigue también una producción muy amplia de su trabajo plástico como pintor y como escultor. Ahí seguimos.

Respecto a su experiencia como profesor en niveles básicos. Dhante comentó que “los jóvenes se enfrentan a un mundo muy complicado. Es terrible cuando uno lo mira en perspectiva. No quiero pensar en negativo, pero sí tienen un mundo difícil que enfrentar; y lo que yo trato de hacer es ayudarles a que obtengan algunas herramientas para defenderse, y el arte es una de ellas.

Mi práctica docente se agarra de esa patita para para seguir luchando contra todo el monstruo de cosas que ellos tienen encima, que son mi mundo; un mundo difícil de violencia, drogas, desinterés, de esto que les han metido en la cabeza, de que el dinero es lo que importa. Y como no hay nadie que dé dinero, entonces parece que nadie importamos. En fin, es una cosa complicada.

Lo invitamos a ver la video-entrevista y a apreciar el trabajo de Dhante Loyola.