Sin duda, el análisis de la comunicación política de la Cuarta Transformación, debería pasar primero por los que asisten a las conferencias matutinas; porque ellos han vivido y sentido en carne propia todo el proceso del cambio comunicacional; cada nota que ellos publican, la han sudado y abrevado de la fuente directa que ha sido el presidente del país, ya casi por seis años, y de todo el equipo que hace posible la comunicación social del Salón Tesorería. Por ello, para la columna “Otredades”, la entrevista con la colega Isabel González Aguirre, corresponsal en Palacio Nacional del Grupo Imagen Multimedia (periódico Excelsior, portal Excelsior, Imagen Televisión e imagen Radio), resultaba muy importante porque es conocido su profesionalismo y experiencia sobre todo en la cobertura de la fuente presidencial desde hace muchos años.
“Chabelita”, como le decimos con respeto y cariño, es egresada de la licenciatura en Ciencias de la comunicación, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM. Todos y cada uno de los 24 años de experiencia que tiene, los ha desarrollados en el Grupo Imagen. “En aquel entonces −nos dijo− solo era radio; había migrado de “Para empezar” la estación del concepto noticioso que integraban Pedro Ferriz (De Con), Carmen Aristegui y Javier Solórzano; de ahí se pasó a lo que fue el Grupo Imagen 90.5 y ahí empezamos”.
Comentó que fue en 2004, aproximadamente, con Vicente Fox en la presidencia del país, cuando Olegario Vázquez Aldir se hace de la marca del periódico (Excélsior), y que ella entró a las conferencias mañaneras desde el primer día del gobierno de López Obrador, porque “muchos de los que cubrimos la precampaña y campaña, la tercera presidencial, es lógica en medios, que quien cubrió precampaña y campaña, en un 80 u 90% será quien cubra la fuente presidencial”.
“Además de que yo había llevado precampaña y campaña, venía cubriéndolo de manera ininterrumpida desde 2000, 2016, cuando era solamente dirigente de partido e iba de cabecera en cabecera municipal y de pueblo en pueblo, viajando con él cinco días a la semana”.
−En esos tiempos ¿Quiénes asistían?
No había nadie más que el chofer, “Rojitas” o “Cuauhtémoc” quien ya falleció, César Yáñez, el propio López Obrador, el dirigente de Morena, según fuera el Estado que se visitara. La gente de Imagen, éramos el conductor, el chofer, el camarógrafo y tu servidora. Y ahí vamos: la camioneta de López Obrador y nuestra camioneta; eran tres mítines al día, incluso en la campaña hubo hasta cuatro o cinco eventos diarios, los tres y dos espontáneos.
El 26 de octubre de 2019, en gira del presidente por Navojoa, Sonora, una camioneta donde viajaban algunos reporteros sufrió una volcadura, dejando varios periodistas, diez, con lesiones menores y contusiones. Todos fueron llevados al hospital IMSS de Obregón. Pero ¿Cómo sucedió?
−¿Te tocó vivir el accidente de Navojoa, Sonora?
Claro que me tocó. Fue espantoso. Un día antes del accidente, en la camioneta que a mí me tocó abordar, notamos eso que se escuchaba un ruido muy raro, como que le rechinaba una llanta. Al día siguiente bajamos a una tienda Oxxo a comprar víveres, agua, botana, algún sándwich, en fin, lo necesario para internarnos en un lugar donde no existía ninguna tienda; y notamos que ya no estaba la otra camioneta. Preguntamos al personal de ayudantía ‘qué había pasado’, y nos dijeron “¡no pasó nada!”, que “se habían adelantado”, pero la verdad era ilógico, porque siempre viajábamos juntos, pegaditos porque es una medida de seguridad; sin embargo nosotros traíamos los números celulares de los compañeros. Al principio nadie contestaba.
Fue horrible porque vimos volteada la camioneta y a los compañeros saliendo como pudieron; me puse como loca porque imagina lo peor. Ves pedazos de llantas ahí, que te imaginas una tragedia con muertos y heridos. Las pertenencias de los compañeros todas tiradas, regadas, algún paramédico atendiendo Alma; Sara Pablo iba saliendo de la chatarra. Un compañero del Once, Atlante, se quedó en el hospital para llamarle cada uno de los familiares para avisarles. Eso nos sirvió para que pusieran más atención en la renta de este servicio que, finalmente, nosotros estábamos pagando, todos los reporteros.
−Como estrategia de comunicación social ¿Qué opinión te merecen las conferencias mañaneras?
Creo que son un buen espacio, perfectible, que necesita ajustes. Sin duda deben ser más cortas, porque no necesitan durar más de tres horas para ser efectivas. Si los periodistas en dos o tres horas no hemos sido capaces de generar nota, o no se le ha preguntado lo que es la coyuntura, lo noticioso, aunque no se coyuntura, es porque algo está mal. Son un espacio en donde el presidente le habla a los medios de comunicación, a la opinión pública, pero básica y primordialmente a sus simpatizantes. El lenguaje que utiliza es completamente distinto al de Enrique Peña Nieto o Felipe Calderón, Vicente Fox, o Ernesto Zedillo; o sea él, López Obrador, le habla a la gente.
De que es una vía de comunicación social, política, efectiva, yo creo que lo es. Si ha influido o no en el electorado, yo no soy tan tajante, pues la gente piensa, analiza y compara; porque son ellos los que viven, enfrentan la carestía… si está cara o no la comida, los productos… Allí ellos establecen con qué gobierno les ha ido mejor, y bcon qué gobierno de plano ‘ni a la esquina’; y a partir de la gente, desde nuestros abuelos, nuestros papás, nosotros mismos, nuestros hijos, y lo que sucede en otros países; valoramos lo que el presidente dice y lo que estamos viviendo; es así que la gente decide si vota o no vota por determinada fuerza política o por determinado candidato.
La mañanera hace reflexionar a las personas; a unos −a lo mejor− no nos gustan unas cifras, no coincidimos, pero te hace pensar y reflexionar, comparar y recordar, por lo menos, en la manera en que se trabajaba antes presidencia como fuente periodística. Ese ejercicio se llama análisis y seguimiento político, y funciona porque es un espacio que ha modificado los procesos de producción de la noticia; y me refiero a los medios de comunicación, sus representantes.
−Recientemente hubo una reunión vespertina en Salón Tesorería del presidente con Claudia Sheinbaum, la candidata electa, que pareció una mañanera con Claudia Sheinbaum. ¿Qué opinión te merece? ¿qué diferencias notaste con la de López Obrador?
Fueron respuestas más breves, pero razonadas, lo cual es bueno. Una Claudia Sheinbaum que se tiene confianza. Con la gran ventaja de que ella ya conoce su auditorio, porque estar en el Salón Tesorería no ha sido desconocido para ella.
-¿Crees que este modelo de comunicación política trascienda?
Yo creo que ya trascendió. De entrada, por todo lo que ya hemos hablado. ¿Modificar planes de estudio? No lo sé, pero sí ser ya un objeto de estudio. Esto que tú estás haciendo es un objeto de estudio: lo que ha sido, lo que vives, a lo que te enfrentas cuando vas a las mañaneras. Desde prepararte la noche anterior hasta pararte en la madrugada, llegar.
O sea, esto es un objeto de estudio. Yo no dudo que ya haya muchas investigaciones al respecto, proyectos de tesis, o de tesinas, que analizan las mañaneras desde diferentes ángulos. ¿Porqué? Pues porque es un modelo distinto, novedoso; por lo menos en México no nos habíamos enfrentado a algo así; porque era muy raro que un presidente atendiera a tantos periodistas, y menos diariamente.
Yo no sé si los planes de estudio de las escuelas tengan que ser modificados, pero sí es un objeto de estudio por todo lo que pasa. Los creadores de contenido digital nos vemos todos diariamente en el Salón Tesorería. Entonces, es un fenómeno interesante que yo, insisto, hay que recortarlo porque es demasiado extenso, es demasiado denso y no hay que desgastar un espacio como ese. Creo que hay que dotarlo de un esquema y de un formato que no se agote, que no termine por cansar repitiendo siempre lo mismo. Ver Videoentrevista.
Entrevista realizada el 11 de junio de 2024
Comentarios recientes