- Las oposiciones mediáticas empresariales, religiosas, criminales y partidistas, en ese orden, actúan como ‘chivos en cristalería’

Por José Sobrevilla, Premio Nacional de Periodismo 2023
Para el periodista Eduardo Ibarra Aguirre, autor de “Complot contra un proyecto de nación” (Editorial Quinto Sol/2004), tanto las conferencias mañaneras de Andrés Manuel López Obrador como las “Mañaneras del pueblo” de Claudia Sheinbaum, “están demasiado lejos de ser lo que indica el nombre formal, pues son el instrumento básico en torno al cual gira la comunicación política presidencial”. Y agrega que, “Cuando preguntaron al director del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano, Jenaro Villamil, sobre la política de comunicación social del gobierno de López Obrador y respondió “son las mañaneras”, no pocos comentócratas se pitorrearon del ex periodista de la revista Proceso.
Sin embargo, agrega el director del portal digital Forum en Línea[1], y fundador y ex coordinador del Grupo María Cristina, (colectivo de reflexión y análisis) “el tiempo le dio la razón (a Villamil) e incluso se quedó corto porque es uno de los instrumentos principales de la gobernanza de la Cuarta Transformación con el primer piso incluido, ya que desde las mañaneras se asignan tareas y encargos a los integrantes del gabinete. Se rinden también cuentas del desempeño en los encargos más que en los cargos del funcionariado”.
“El presidente y ahora la presidenta, trazan lineamientos de gobierno no sólo a los secretarios y subsecretarios sino a todo el aparato del Ejecutivo federal. Además de que se confronta, al ejercer el sagrado derecho de réplica, al oligopolio de la comunicación –derecho sistemáticamente negado a las audiencias–, a los llamados medios convencionales que con frecuencia actúan como dictadura mediática.
“Por si no fuera suficiente, agrega Ibarra Aguirre, “a través de las mañaneras el gobierno alimenta con información a sus partidarios y votantes, además de brindar interpretaciones historiográficas sobre el curso y avatares de la resistencia popular, nacional, sobre todo con Andrés Manuel, a la demasiado ancha y vigorosa base social de la transformación. Lo anterior y más, son las mañaneras de Palacio Nacional con sus respectivos cambios de sede.
−¿Cómo consideras han impactado (las mañaneras) en la gobernabilidad de las administraciones morenistas?
Gobierna una coalición política formalmente integrada por tres partidos y otras alianzas y compromisos que los rebasan y, juntos, hacen posible contar con la mayoría calificada en el Congreso de la Unión y emprender reformas de gran calado como la del Poder Judicial y otras que éste frenó durante la presidencia de Norma Lucia Piña Hernández.
“La gobernabilidad durante los dos gobiernos de la transformación resulta inconcebible sin ese instrumento vital que, guardando las proporciones de tiempo y espacio, fue practicado con éxito durante 2000-2004 desde el antiguo Palacio del Ayuntamiento por el jefe de Gobierno del Distrito Federal, por lo que no pocos colegas estimaban que dictaba −en buena medida− la agenda política durante el gobierno de Vicente Fox. Y esto a pesar del enorme vacío y la desinformación o propaganda negra que padeció Obrador.
−¿Cómo le ha impactado este modelo de comunicación a los partidos y grupos de oposición política en el país?
En forma tan contundente que 6.5 años después, las oposiciones mediáticas, empresariales, religiosas, criminales y partidistas, en ese orden, actúan como ‘chivos en cristalería’. No es otra cosa, indican los amparos judiciales que obtuvieron algunos de los íconos de la corrupción periodística, para que AMLO no pudiera replicar a la propaganda negra, saturada de falsas aseveraciones y presuntas denuncias que −por lo general− nunca comprobaron, como aquella de que cada pregunta se pagaba con decenas de miles de pesos, lo cual es imposible por la sencilla razón de que, si el denunciante acudiera a todas las mañaneras, la fila para ingresar a Palacio llegaría hasta Bellas Artes.
“Ilustrativo es que uno de los mayores errores de cálculo que cometió Bertha Xóchitl Gálvez y sus estrategas –Jorge G. Castañeda jura que no los hubo y que éste fue un gran problema–, durante la precampaña e incluso hasta el 2 de junio de 2024, consistió en ampararse para que Obrador no estuviera en condiciones de aludirla por su nombre.
“Las insistentes menciones sobre la también conocida como la candidata del PRIAN, fue un valioso, pero no menos riesgoso, servicio presidencial para incrementar el conocimiento ciudadano sobre la existencia de la señora como suspirante a la candidatura presidencial, y para que la dirigencia del binomio partidista se fuera con la estratagema y la encumbrara de manera vertical, inconsulta; servicio que permitió que Claudia Sheinbaum contara con la contrincante más débil, pues todo lo apostó a su forma de ser, su origen popular y simpatía personal que no convencieron. Santiago Creel o Beatriz Paredes tenían más aptitudes humanas y políticas.
−En tu opinión como comunicador y actor de opinión, ¿qué cambiarías y por qué (o para qué) de las mañaneras para que realmente fortalezcan la democracia y ayuden a una mejor gobernabilidad?

Más allá del estilo personal que es preciso respetar, observo laxitud de la presidenta o de su vocera Paulina Silva para que cada colega haga las preguntas que considere pertinentes y ellos proceden porque están en lo suyo, y de las tres reglamentarias ahora llegan a ser hasta seis y “prologadas” por cada reportero, incluso colocándose en el centro de la pregunta, en demerito de la diversidad de enfoques y temas.
“En contraste, a Sheinbaum Pardo la distingue la concisión en las respuestas lo cual resulta plausible para los que intentamos hacer periodismo, pero desconozco si lo percibe igual el grueso de las audiencias que es a quien centralmente va dirigida la ‘Mañanera del Pueblo’, para avanzar aún más en lo que denominan la revolución de las conciencias, sin la cual la Cuarta Transformación y su segundo piso no marcharían ni al ritmo ni en la profundidad que hasta hoy es posible.
El periodista Eduardo Ibarra Aguirre (Matamoros, Tamaulipas, el 9 de agosto de 1950) ingresó al periodismo desde el 15 de junio de 1970 como voceador del Noticiero-Diario de la Tarde, La Prensa y Esto, en la ciudad de Matamoros, Tamaulipas, su ciudad natal. Fue conductor de un programa radiofónico en la Escuela Superior de la Juventud Wilhem Pieck, en Bogensee, Berlín, República Democrática Alemana, donde estudiaba como becario de la Juventud Comunista de México, organización de la que un año más tarde terminó siendo dirigente hasta su desaparición, en septiembre de 1973. Formó también parte del Comité Central del Partido Comunista Mexicano de 1972 a 1981), al que llegó a representar en la Unión Soviética.
De formación autodidacta, Ibarra Aguirre se forjó en la prensa comunista y sucesivamente fue editor de Combate, La Voz de México, Oposición, Memoria, las agencias Informex y Univ; así como Punto, El Economista, La República, Concertación, Forum, y Forum en Línea. Fue además colaborador en medios como Ovaciones, Agencia de Prensa Novosti, El Periódico de México, Cuestión, El Sol de México, El Financiero, La Crisis, entre otras publicaciones. Gran parte de sus entrevistas y artículos fueron reproducidos en América del Sur, El Salvador, España, Puerto Rico y República Dominicana.
Como editorialista llegó a participar en La Jornada, El Economista, Forum Azcapotzalco y Forum, revista que desde 1992 dirigió hasta su desaparición en 2010, en su modalidad impresa. Ha hecho la columna De las Fuentes para El Economista y comentarios radiofónicos en Estéreo Cien, Radio Chapultepec, XEQK y ABC Radio. Época en la que publica ensayos para Nueva Antropología y El Machete. Desde septiembre de 2004 escribe la columna Utopía, misma que es publicada en decenas de medios impresos y digitales de América, Asia y Europa.
Fue cofundador de la Unión de Periodistas Democráticos, el Partido Socialista Unificado de México, el Centro de Estudios del Movimiento Obrero y Socialista, Memoria, y la Coordinadora de Trabajadores de los Medios. Fue director del Grupo María Cristina. Cuenta en su haber con la primera demanda laboral hecha en contra del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionarios Institucional y con la también primera comparecencia de un civil ante el Ministerio Público Militar por permitir a un general el ejercicio de la libertad de expresión.
Ha sido el único periodista que editó el semanario del Partido Comunista Mexicano, primero, y después el del Partido Revolucionario Institucional. Eduardo Ibarra Aguirre ha sido autor de El general Gallardo y Forum. Ejército, medios y libertad de expresión, publicado por Ediciones ¡UníoS!; Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, y Forum, en 2003; “Complot contra un proyecto de nación” por Ediciones Quinto Sol en 2004. “Julio Rosovski”. Un ucraniano en el comunismo mexicano (www.forumenlinea.com 2007). “Remembranzas” (www.forumenlinea.com 2012 y 2015). Editor de Grupo María Cristina: 20 años de análisis, debate y pluralidad (www.forumenlinea.com 2017 y Forum Ediciones, 2018). Igualmente ha sido coautor de ocho libros. VER VIDEO
Entrevista realizada en mayo 2025 en la Ciudad de México, antes Distrito Federal
[1] https://forumenlinea.com/
Comentarios recientes