Teresa Gil Gálvez, “Tere Gil”, como cariñosamente le decimos, ha sido siempre una mujer sencilla, inteligente y solidaria con sus colegas comunicadores y los grupos sociales más desprotegidos; de niña, a los seis o siete años, allá en su natal Sonora, convivía con los agricultores donde recuerda a un tal John Gavin, quien después se convirtiera en actor: “un muchacho como de dieciocho años muy guapo”, señala evocando los recuerdos. En aquellos tiempos fue que su familia, con ella, decidieron cambiarse a Ciudad Obregón y, debido a que desde muy corta edad venía publicando poemas, narraciones, y ganando concursos con sus escritos, ya a los dieciséis años, fue invitada a ser reportera del Diario del Yaqui. Fue así que el subdirector le puso una oficina, donde estaba el director; una persona muy reconocida llamado Jesús Corral Ruiz, y así comenzó a hacer periodismo.

FOTO ANDRÉS RUIZ FURLONG
“Me dieron dos páginas de un periódico, de aquellos grandototes, para que las llenara. Yo, era neófita en todo, sin embargo, singularmente, a los seis o siete días, yo ya reporteaba, escribía, formaba y, además, redactaba los títulos (cabezas) y todo… Ese fue mi primer encuentro, los primeros años dentro del periodismo sonorense; desde entonces me enfrenté a lo que eran aquellas grandes rotativas, enormes máquinas, que se usaban en el medio por esos días.
“Estuve como dos o tres años, en el Diario del Yaqui y después me fui a Hermosillo; ya para entonces tenía yo cuatro hijos. Empecé muy temprano a tenerlos, a los veintiuno o veintidós años, cuando estudiaba en la Universidad de Sonora, UNISON, la preparatoria; después entré a la escuela de derecho y al mismo tiempo trabajaba en los medios más importantes del Estado; hay algunos que todavía existen, como El Imparcial que tenía otro nombre, algo así como ‘Periódicos Gili’.
Reunidos en su casa, en torno a sus recuerdos cuidadosamente distribuidos en los cuadros de las paredes, el amigo, luchador social, Andrés Ruiz Furlong y este reportero escuchábamos con marcado interés las remembranzas de una vida que aportó y sigue aportando interesantes textos para la sociedad, en algunos medios impresos y digitales, locales y nacionales.
“… Después pasé a El sonorense, un medio oficial de Hermosillo, y desde ahí anduve caminando todos los días bajo el sol, con mi mini falda y mi enorme parasol… así era conocida. Allá se habla de que fui la que originó o inició con las reporteras en el estado de Sonora. Ahí estuve como unos diez años trabajando mientras terminaba la carrera; y en esas vicisitudes que hay dentro de los medios de comunicación, en donde algunos son oficiales y otros particulares, pensé que podía haber nuevas o mejores opciones como periodista en la capital del país; y decidí cambiarme a la capital del país… vendimos cuanto teníamos, tomé a mis −para entonces− cinco hijos (nadie creía que los tuviera), y llegamos aquí al entonces Distrito Federal. Entré a trabajar como abogada en la Lotería Nacional, −claro− sin dejar el periodismo.
“Escribía para la revista Mañana, que era de funcionarios públicos importantes; publicación en la que puse en práctica todos los géneros periodísticos; hice de todo, hasta ensayo, pasando por columnas, reportaje, entrevista, crónicas… También colaboraba en la Revista Interview, en la que hicimos una huelga que, creo, debería de ser incluida dentro de las historias importantes del periodismo, porque fuimos muchos: escritores, poetas… donde dimos una lección de cómo debe comportarse el periodista, no sólo ante la sociedad, sino ante uno mismo, ante la profesión, cómo debe ser la información.
“…Y de allí pasé al unomásuno que entonces dirigía Manuel Becerra Acosta. También estaba Carlos Payán. En primer lugar, entré a la página económica, coordinada por Luis Ángeles, un economista muy reconocido; después me pasaron a la redacción general como Reportera “A”. Allí también escribí, sobre todo. Me mandaban a países, y estuve mucho tiempo en el extranjero, cubriendo actos muy importantes, pero uno fundamental era la fuente religiosa.
“Dimos un vuelco a los reportajes que se hacían sobre la religión, que hablaban de Dios, santos, vírgenes… Nosotros nos metimos por el lado político, ‘a los curas eso al principio no les gustó, pero después estaban muy contentos’, porque no parábamos, les hacíamos preguntas, y ellos participaban. Hice grandes amigos, incluso cubrí dos sínodos de obispos en Roma, y tuve de cerca una visión muy importante sobre una iglesia, que intentaba imponerse frente al resto de creencias en el país.
“En la época en que me vine de Sonora, 1972, no había escuelas de periodismo ahí, allá, estas escuelas comenzaron en 1977. Recuerdo que llegué aquí, y pensaba estudiar periodismo; pero en una plática con Humberto Musacchio, quien también es de Sonora, de Ciudad Obregón, me dijo “no tiene caso que te metas (…) no, tú eres una periodista ya formada, tienes todo”; como se dice, la educación de la vida y de la universidad popular, “mejor estudia otra cosa”, y sí, me metí a estudiar una maestría en Ciencias Penales. El resto de lo que podía ser ‘el periodismo’, se va haciendo no solo sobre la marcha, la vida y las lecturas, los cursos en los países…
Por los cuatro costados
Desde su inicio en el periodismo, Tere Gil recibió siempre remuneración por su trabajo, sin embargo, ésta era muy irrisoria, comentó en esta entrevista: “Yo vivo dentro de una clase media tirándole a baja, porque realmente, esta casa y los carros que compré para moverme como reportera, fueron de lo que ganaba en la Lotería Nacional. Los viajes, que son muy importantes, son algo de lo que te da el periodismo, además de la firma (nombre), el reconocimiento y ciertos estrellatos, pero lo que es dinero, solo te lo da si te corrompes.
−¿Qué exclusivas recuerdas…?
“Curiosamente, las principales fueron en el tema religioso, una fuente que gran número de reporteros rechazaba, porque planteaba una cuestión de creencias; sin embargo, nosotros le dimos un enfoque político. Yo tenía vinculación con la Teología de la Liberación, y buena relación con Sergio Méndez Arceo, Don Miguel… muchos curas relevantes que, no quiero presumir, pero me tenían gran afecto. Incluso, cierta ocasión Méndez Arceo me habló a Cuba, durante un evento internacional religioso, y me ‘regañó’ porque, dijo, “le estás dando muy duro a la iglesia: ¡cálmate!”; no obstante, al rato ya estábamos reunidos con Don Sergio y el embajador de México en gran plática durante una fiesta.
“Trabajé mucho en revistas donde hacía entrevistas, reportajes sobre personajes. Una fue con Pedro Valtierra, como en siete cuartillas, donde se abrió ante mí en todos los niveles, el gran reportero, (…) lo mismo otros como el General Gallardo (José Francisco), con Amparo Montes, estuve tarareando y narrando muchísimas historias… pero después de esa etapa, me dediqué lisa y llanamente a estar en mi casa escribiendo crónicas.

(…) nunca he sido de las personas que andan buscando premios y reconocimientos. Claro, a veces aunque no los busques se dan, pero a mí me llamó mucho la atención que, en la presidencia de López Obrador, siendo yo una periodista reconocida en Sonora, él cayó en ese error de Lili Téllez; claro, porque se van con el caso de periodistas que están en medios electrónicos, cuando la base del periodismo siempre ha sido el ejercicio por escrito.
“En Sonora me han dado premios. Uno de mis libros, ‘La isla que brillaba’, ha sido premio de crónica, y otros reconocimientos como los lugares donde he dado conferencias, tanto Cuba, como Nicaragua y Europa. Me acaban de proponer encabezar el nombre de “crónica”; sin embargo, lo rechacé porque no sé cuánto tiempo más duraré.
“En lo que llevo de vida, en aquel tiempo, tenía más de 2 mil 500 crónicas escritas. Ahora escribo una diaria de todos los más temas, para mi columna “Libros de ayer y hoy”; ahí utilizo obras en general, pero también documentos y argumentos que están dentro de lo que es el tema. Igualmente me muevo mucho en la cuestión legal, las leyes, la Constitución y todo eso; aparte muchos libros, personajes de todo tipo, entonces quizá por eso me estaban ofreciendo la propuesta. Acabo de ir a Sonora y allí, públicamente, me la hicieron.
Tere Gil también llegó a escribir en la Revista de la Universidad de Sonora, y en los medios del Partido Comunista, “a mí eso me gustaba mucho, tengo algunas exclusivas muy buenas, incluso fui quien hizo, y considero histórico, la crónica de los 60 años del periódico más antiguo de este país, que era el del Partido Comunista. Una crónica que considero muy bonita, y la he incluido en mis libros. Ahí hablo de todos los que estuvieron presentes; de los puertorriqueños encarcelados en Estados Unidos; la presencia de Martínez Verdugo, algunos líderes de Europa… para mí eso es una felicidad, haber hecho todas estas cosas.
−Y ¿Cuántos libros tienes publicados hasta ahora?
Catorce, y estoy haciendo el número quince. Espero tenerlo pronto. Son libros en donde tengo poemas, cuentos, narraciones, pero además ensayos sobre novela policiaca. También he publicado crónicas que me parecen fundamentales, interesantes, y que las he metido en mis libros. Mi próxima obra será sobre un cuento que me gusta mucho, de un hombre−árbol que está planteando por qué no es posible convertirse en seres vegetales, dado que la famosa fotosíntesis del sol, nos serviría más siendo seres vegetales.
−¿Qué opinión te merece el periodismo surgido de la llamada Cuarta Transformación?
“Primero, es un periodismo muy limitado, creo yo; segundo, tiene que partir de las propuestas de la “Cuarta T”, y desde luego son propuestas que uno no puede negar, si te están planteando en un artículo o entrevista, con algún funcionario, el respeto que van a dar a los indígenas, por ejemplo, pues indudablemente que lo tienes que aceptar (…) lo que sí es que medios de los que se podrían llamar “democráticos”, casi no hay, quizá está el caso de La Jornada, algunas revistas, periódicos chicos en el país, pero casi todo el control sigue estando en medios tradicionales que, indudablemente, tienen trabajos muy buenos, pero una postura abierta no la hay.
“Lamento mucho que −incluso− en medios del Estado haya críticas muy acervas que no se basan en la verdad, no presentan pruebas; esas cosas que a diario son comentadas: el problema de la libertad de expresión, por ejemplo. Yo he subido algunas opiniones en mi perfil de Facebook, donde hago notar que la Constitución es muy clara en torno a la libertad de expresión; sí, es abierta, pero están los Derechos de Terceros; por lo que es fundamental que primero lean la Constitución, y segundo, que partan de que la libertad de expresión no es una libertad abierta, sino que hay derechos que tienen que respetarse.
−¿Qué mensaje mandas a los chavos que están haciendo periodismo digital, y han logrado ser brillantes influencers?
Que sigan adelante en eso. Que partan de que la información tiene un destino siempre fundamental, que es el pueblo, las grandes masas; ese sería el mensaje que yo les diría, que lean, investiguen, y sobre todo que siempre tengan la certeza de lo que difundan, y no caigan en lo que estamos viendo a diario. Pero también me gustaría enviar otro mensaje, mi estimado amigo. En el país siempre se habla de más de 40 mil periodistas, yo creo que hay más.
Son tantas las escuelas de periodismo y tantos los que están egresando; aunque claro que las ciencias de comunicación tienen varias vertientes, de tal manera que quien sale de esa carrera puede estar haciendo otras cosas (…) Yo estuve en la dirección de la Unión de Periodistas Democráticos, que, para mí, ha sido el organismo más importante que se ha dado en las últimas décadas. Desde allí siempre insistí en lo mismo: que los periodistas se tienen que organizar, que la organización es fundamental. VER VIDEO
Entrevista realizada el 27 de junio de 2025 en la Ciudad de México
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