- Max Morales, narra que al negociar para liberar víctimas del “mocha orejas” terminó enfrentándose con jueces y magistrados al no querer restituir el dinero a víctimas
Por José Sobrevilla

Antes de iniciar la parte II de esta Historia de vida, hablaremos un poco de quién ha sido Max Morales, porque gracias a un asunto que él llevó en los noventa, fue creada en la CDMX el primer grupo antisecuestros encabezada por los comandantes Federico Gallardo Taboada como director y Jaime Alcaraz como subdirector; después, cuando el caso Arizmendi tomó relevancia, fue creada en la UEDO (Unidad Especializada en Investigación de Delitos Contra la Salud), que antes llevaba únicamente asuntos de narcotráfico; después la SEIDO (Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada) una área antisecuestros.
La SEIDO llevó los más sanguinarios y peligrosos asuntos de este país y, a la mayoría, los recluyeron en los penales de máxima seguridad; hablamos del caso de Daniel Arizmendi López el ‘mocha orejas’ y los dieciocho integrantes de su banda; también Andrés Caletri ‘el italiano’, lugarteniente de Alfredo Ríos Galeana considerado el ‘enemigo público número uno’. Modesto Vivas Urzua, ‘La víbora’ secuestrador serial con más de 130 homicidios. También “El apá”, la Banda de la Flor, Los Petricholet y en septiembre de 2002 ‘Los Tiras’, quienes secuestraron a Ernestina Sodi. Capturaron además a uno de ‘Los rojo’; al ‘comandante Emilio’, un exguerrillero chileno; el Comando ‘México Bárbaro’; ‘El Loncho’, mutilador de dedos y émulo del ‘Mocha orejas’; el papá de ‘Los temerarios’, quien fue secuestrador del hijo del cantante Vicente Fernández.
Gracias al abogado Max Morales se logró además que el secuestro fuera considerado ‘delito grave’ y ‘delincuencia organizada’; que se respetaran las garantías constitucionales de las víctimas reservando sus identidades, el derecho a la reparación de daño y la devolución del rescate; logró además que se legislara como delito el ‘autosecuestro’, que antes era ‘apología del delito’; igualmente el ‘secuestro exprés’ y sus modalidades… pero además que el secuestro infantil de los padres se legislara como ‘delito específico’.
Después que ya estaba Daniel Arizmendi López en prisión −reveló Max Morales− lo mandó buscar; el juez le recomendó que no fuera “Es muy peligroso que se reúna con él”, le dijo; sin embargo, Max accedió a enfrentarlo porque “si no le tuve miedo cuando estaba libre, menos ahora que está preso”, dijo el experto en liberación de rehenes. “Yo siempre me burlé de usted, le dijo el ‘mocha orejas’, jamás creí que fuera a detenerme, siempre lo menosprecié, pero ‘tampoco se crea bueno’. Yo siempre tuve éxito en la vida; el único día malo fue cuando usted se me atravesó y me detuvieron…
− ¿Cómo vamos a quedar con el dinero? le dijo en aquella ocasión
… Pensaba todavía que yo iba a ser igual de corrupto que los policías con los que había estado tratando; y a final de cuentas, cuando entendió que realmente… le dije que yo no le podía dar línea, ni justificar sus acciones, tampoco quedar en nada, porque el problema lo tenía con el Estado, y no conmigo. ‘Estoy aquí porque defiendo los intereses de gente productiva, sana, y ese dinero sigue teniendo dueños, y que no eran exfuncionarios’ (…) A mí me devuelve este el dinero que quitó a mis clientes; pero yo no tengo nada que hacer, porque no es personal. Nadie le ha hecho nada a su familia, tampoco han abusado de sus hijas ni esposa; no le han cortado a nadie nada”. ‘Es que yo pensé…’ replicó. Pensó usted mal; entonces me dijo, ‘haga los escritos que tenga que hacer, y yo se los firmo’, y efectivamente, me los firmó.
No obstante, cuando hice público que él renunciaba a cierta cantidad de dinero para devolverlo, quien se enojó fue el juez que llevó el caso: “a mí ningún criminal me va a decir lo que tengo que hacer afirmó molesto (…) y el juez agregó que, como mi cliente era muy rico, se tenía que esperar hasta que él quisiera. Ni jueces, ministros ni la Suprema Corte ni los policías, querían devolver los montos de las extorsiones a mis clientes: entonces tuve que enfrentarme contra el Estado para que realmente devolvieran la parte del dinero. Fue el presidente Zedillo quien dio la instrucción de devolver solo “una parte” de esos recursos decomisados, porque quienes más se oponían eran los ministros de la Suprema Corte de aquel entonces: el enemigo estaba en casa (…) y transformaron la ley.
“No sé si recuerden que anteriormente los dineros producto de algún delito pasaban a la beneficencia pública; ahora no; se ha enviado tanto dinero que ahora pasa primero a la Procuraduría General de la República, PGR, a la policía, y a las corporaciones, antes que devolverlo a las víctimas, que sería lo más sano y correcto; sobre todo en estos delitos que son de oficio, y que se sabe de quién es el dinero y cómo salió. En esa parte −por ejemplo− con Daniel Arizmendi siempre fue muy desgastante esa negociación, porque a final de cuentas te estás enfrentando al secuestrador más infame.
“Otro caso de mayor riesgo para mí, −porque lo llevé al mismo tiempo que Arizmendi− fue cuando me enfrenté a Andrés Caletri “El Italiano” quien había secuestrado a dos menores de edad. ‘El mismo día, tenía que atender un asunto en la colonia Polanco y de ahí viajar hasta Texcoco’ (…) Pocas gentes conozco que tengan un grado de peligrosidad tan alto como Caletri, quien era miembro de la banda de Ríos Galeana, y junto con ‘El Marino’, eran asesinos natos. Ellos tenían una fobia hacia la autoridad e implantaron un sello que les caracterizó: tenían que asesinar a un policía, del rango que fuera, porque era su cuota para que les fuera bien; no solo en un asalto bancario, sino en todo. Gracias a Dios se recuperó con vida a los dos niños.
“Estos han sido los delincuentes que más han lesionado a sus víctimas y que están siendo ejemplo de voluntad política y de que hay personas, familias, que se atreven a combatir el delito, porque anteriormente, como las víctimas, al ser intimidadas no querían denunciar o quedaban demasiado lastimadas, la mayor parte de los delincuentes gozaban de esa impunidad que les da la falta de acción penal.
“Si han caído los mayores, los demás también pueden y tienen que caer. De muchos, estos han sido dos ejemplos que he plasmado en un libro autobiográfico de ‘Memorias de un negociador’, que (te doy como primicia) apenas terminé de revisar y estoy próximo a publicar, en el que hago una selección de los más de cincuenta asuntos relevantes de secuestros y extorsiones que he atendido en México, haciendo una referencia a cómo se llevaron a cabo las negociaciones y donde ninguna ha sido igual.

“Con este libro quiero mandar el mensaje de que este delito se puede combatir y que, cuando no se hace, el favorecido será el delincuente, la impunidad, y porque, así como hay policías corruptos, también existen los que llevan la camiseta puesta y, gracias a ellos, se pueden coordinar bien los negociadores o personas dedicadas a cuestiones de seguridad para tener buenos resultados. A veces son ‘garbanzos de a libra’, pero si los hay; y aquí trato yo de plasmar esa parte.
“Hubo situaciones de vida; por ejemplo, tuve oportunidad de asistir a Ernestina Sodi y a Laura Zapata para hacer el análisis de su secuestro y dar con los responsables de ese delito; me tardé un año y medio, casi dos, en dar con ellos, pero llevamos a juicio realmente a los verdaderos responsables. Fueron capturados y ha sido el secuestro más publicitado en México.
−Imagino que, para ser un negociador, tienes que tener diversas capacidades y formaciones.
En este delito, ser abogado me ha ayudado, derivado más a la cuestión penal en particular, pero mucho también el estudio, la autodisciplina que son las características de la negociación; pero no la negociación comercial ni la financiera, sino en términos de delito, porque este tipo de personas los comete teniendo conceptos muy distintos, y entonces tiene uno que meterse en su oxígeno, en su mente, porque, primero se sienten más inteligentes que uno; creen tener un ‘IQ’ de mayor capacidad, y consideran la justificación de que tú tienes el dinero de ellos; su rencor social es porque no cuentan con lo que los secuestrados han ganado con su trabajo honrado.
“Muchas veces, en el caso del secuestro, el delito es cometido por personas demasiado allegadas a la víctima: puede ser un familiar, socio, ex socio, alguien conocido… quien, a lo mejor, algún día hiciste un tipo de negocio, o que él considera que le robaron una idea y −prácticamente− les hace la vida imposible para quitarle su dinero, y no le importa respetar la vida o lesionar a los familiares.
“He sido muy autodidacta en ese tipo de formación y adaptado todo lo que he leído en estrategias, sobre todo en conflictos armados, de guerra, y he estado haciendo mis adaptaciones, pero todos los días me preparo. Diariamente recurro a las fuentes abiertas para analizar el comportamiento delictual y, desde hace 38 años, he hecho el análisis y estudio de los diversos tipos de secuestro. Incluso a algunos de ellos les he puesto nombre y he descifrado sus características; algunas las he hecho públicas para que la gente sepa cómo cuidarse y resolverlos. Es una cuestión constante, porque el delito no es ni será igual, aunque tenga el mismo nombre.
“Aquí, por ejemplo, en las grandes ciudades, todo mundo lo conoce como ‘secuestro’, pero en las zonas fronterizas o donde hay más presencia del narco, los narcoestados, es un tipo de secuestro social denominado ‘levantón’, y tiene características completamente diferentes, más agresivas, violentas, pero todo eso lo tiene que estudiar un especialista, analizarlo y explicarlo, porque en eso fallan algunas corporaciones o algunos países que quieren saber más al respecto (…) pero no son lo mismo; lamentablemente, desde hace más de 20 años, México ha sido líder mundial en figuras de secuestro.
“Nuestro país ha sido exportador también de una serie de figuras: los secuestros exprés, llamados ‘secuestro mexicano’, o el ‘secuestro de efecto maguey’, o el que hacían de ciertos deportistas y que han sido tomados de aquí, de la misma experiencia mexicana. No es algo para vanagloriarse, pero lamentablemente esto nos coloca como el país donde más secuestros económicos se cometen en el mundo. En este sentido Colombia quedó hace años atrás, igual que España; estos son párvulos para los delincuentes mexicanos.
− ¿Cómo se cobra por una negociación de secuestro?
“Antes −para la ley− estaba catalogado como delito patrimonial, porque nada más se veía la afectación económica y tenía que ver con la ambición de los secuestradores, con la exigencia de querer obtener la mayor cantidad de dinero a costa del sacrificio y la emoción de la otra persona; pero los primeros parámetros de negociación son fijados por el delincuente, él establece su tope en la cantidad que él desea recibir, pero la realidad es otra. No toda la gente tiene la disposición de efectivo para hacer frente a esas exigencias y uno tiene que ir analizando realmente cuál puede ser la verdadera posibilidad económica que pueda pagar la familia por su víctima.
“También es acomodar la voluntad real de la familia por pagarla; porque hay ocasiones, sobre todo en el caso de las mujeres, es demasiado difícil determinar el precio porque ellas, por el peligro al que están expuestas, quisieran pagar el 100% de lo que les piden, aunque lamentablemente ellas consideran que sus amigas van a cooperar y van a hacer hasta ‘tandas’ para liberarlas y, realmente, es un delito donde (…) cuando realmente necesitas a los amigos todos desaparecen, porque incluso se sienten como expuestos. Que si te prestan los van a secuestrar ellos después y ahí se han llegado a acabar también amistades.
“Es muy difícil poder determinar eso, pero tiene uno que hacer un balance entre la realidad económica efectiva que se puede dar y la temporalidad. En eso estriba el expertis de un negociador en cómo ofertar y ofrecer las cantidades que la familia tenga dispuesta para poder establecer una negociación y el momento de hacerlo.

“En cuanto a lo personal, hay gente que tiene marcado un porcentaje, una cantidad; pero también habrá algunos que ni cobramos porque lo dejamos al arbitrio de la gente… Que nos hagan alguna donación o aportación de gratitud; pero muchas veces ni te lo agradecen. Parece increíble pero la gente, incluso aun cuando les ahorres dinero, tienen este comportamiento. Hasta te quedan a deber y con el mayor descaro posible no te cumplen. Pero también hay a quienes uno ayuda y te quieren pagar hasta con gallinas, con lo poco que tienen, que te aportan una cantidad que ni siquiera pides, pero en gratitud porque valoran tu trabajo, tu esfuerzo.
“En ocasiones, los que menos tienen son los más agradecidos y a veces los que más tienen no se consideran culpables de su situación: ‘como van a tener que pagar si ya sufrieron una pérdida patrimonial’. Hay países en los cuales está prohibida la negociación como fue −al principio− el caso de Colombia; después se dieron cuenta, incluso a nivel internacional, que si se establece una referencia o recomendación y que deben trabajar de manera conjunta autoridades familiares de la víctima la víctima y especialistas en secuestro frente a los secuestradores porque si se rompe esta sinergia el único beneficiado será el delincuente.
“Uno de los países donde más secuestros hubo fue en Colombia, pero el animus del secuestrador era narcopolítico, en otros contextos se decía que el secuestro podía generar otro tipo de delitos, pero el seguro de secuestro ha existido en el mundo desde hace más de 50 años porque el primer secuestro que se ha dado tiene orígenes bíblicos, incluso viene desde los inicios del raciocinio humanitario entonces, el prohibir ese tipo de coberturas realmente es querer ocultar el sol con el dedo. Ahora, actualmente, no solamente hay seguros contra secuestros sino contra extorsiones, pero son coberturas que tienen que tener una secrecía muy importante.
porque si no hubiese se daría la proliferación en este tipo de situaciones porque muchos de estos delitos también los cometen malos agresores públicos no solamente los delincuentes. Hay delitos y secuestros que cometen policías corruptos y tampoco se puede puedo quedar desprotegido como sociedad por el infame actuar de ciertas corporaciones policiacas. VER VIDEO
Entrevista realizada el 1 de agosto de 2025 en el café Chez Vous Bucareli, CDMX
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