La pasión por el periodismo de Juan Federico Lamont Campos le viene de carrera, pero también de familia, ya que es hijo del muy conocido periodista Alfredo Lamont, quien por muchos años publicó la Columna “Sin Maquillaje” en el periódico Excélsior. Presidió el ‘Club de los Amigos del Buen Vino’ y el ‘Club de los Columnistas del DF’, hoy CDMX, y quien ha sido el periodista más longevo del mundo, estando en un solo periódico: Excélsior, donde publicó 70 años ininterrumpidos y quien falleció en octubre de 2015, nos comenta su hijo Federico Lamont.

El colega de las mañaneras, mientras realizaba sus estudios de preparatoria, nos comentó que cursaba la carrera de redactor y reportero gráfico en la escuela Carlos Septién García y, en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, se graduó en la carrera de Relaciones Internacionales. Posteriormente con el tema ‘La visibilidad de Taiwán en las relaciones internacionales’, cursó una maestría en la Universidad de Tam Cam (Viet Nam). Su ingreso a los medios lo hizo en 1989 en la ‘revista Siempre’; después en Radiofórmula y siguió en ‘Radio 13’ para posteriormente llegar a Radio ABC, donde fue despedido por un problema que, con el tiempo se registró, en alusión al presidente López Obrador.

El 3 de noviembre de 2023 publicó su libro “La 4a. Transformación, el fin del chayote” donde la premisa es que “Muchos comunicadores modernos se convierten hoy en día en la voz de muchos, en la opinión de segmentos de población, en el canal de entendimiento o discordia entre hombres. Ser un comunicador en este milenio, es poseer un compromiso ético ineludible. Más aún, cuando el medio a través del que se llega al público es la televisión o el radio y ello debido a que son medios de impacto inmediato y extensivo”, según reseña en la web de Amazon[1].

 El autor de la columna “Así lo dice Lamont” habla los idiomas inglés, francés y alemán; y en su tesis de licenciatura en relaciones internacionales de la UNAM trató el tema de “La Política Exterior de Desarme de Míjail Seryegevich Gorbachov”; realizó estudios de Periodismo Internacional por Dayton, Oregón, Estados Unidos, y la Secretaría de Relaciones Exteriores en el Instituto Matías Romero y cuando entró a la Revista Siempre, realizó entrevistas a jefes de Estado, funcionarios públicos e internacionales de alto nivel.

                Sus episodios en las conferencias matutinas del presidente López Obrador fueron muchos, incluso con reconocimiento directo a su trabajo periodístico por el propio presidente del país. Ha sido galardonado con el Premio Nacional de Periodismo en los años de 1996, 1997 y 1999 por parte del Club de Periodistas de México A.C. y acreedor en 1996 del Premio Internacional de Periodismo “La Paz, Cooperación y Solidaridad con Yugoslavia”, por parte del presidente de Serbia, Slobodan Milosevic.

                En la conversación de Palacio Nacional con Federico Lamont participó también el colega Eduardo Esquivel Ancona de SDP Noticias, quien le cuestionó acerca de la entrevista hecha al presidente López Obrador, y que en varias ocasiones ha mencionado el titular del ejecutivo en las mañaneras:

Fue como ‘mi Premio Nacional de Periodismo’, respondió: subir ahí, al pódium, y que el ciudadano, “79 mandatario” (al estilo Lord Molécula a quien respeto mucho y es un gran profesional) llegó al estudio, la cabina… fue en el tiempo del proceso del desafuero, cuando tu servidor lo agarró en una mañanera como jefe de la Ciudad de México. Corrían los años en los que todos los medios cerraban los espacios al ciudadano. Tu servidor pidió la entrevista porque había un medio abierto a todos los que pedíamos una entrevista y el ciudadano acudía como expresidente, a quien le habían hurtado la elección del 2006 y se presentó en el estudio.

Pero tu servidor no le había avisado a Mario Vázquez Raña, ni a Eduardo Andrade, pensando que esto sería solo una entrevista de manera abierta; entonces, a los diez minutos que ingresó al aire López Obrador, en el primer bloque, recibí una llamada de Eduardo Andrade, quien me había acusado con el dueño de que, sin consultarles, había decidido invitar al ciudadano. Aquella ocasión le iba a entregar en mano su expediente del Cisen; todo lo que ese organismo de espionaje había documentado del ciudadano. Pero en el primer corte llega la llamada: “Tienes diez minutos para que te vayas tú, o se vaya él”. Y al final nos fuimos los dos, solo que el ciudadano es presidente del país… y tu servidor se quedó en el desempleo una temporada.

−¿Cuáles consideras que ha sido tu mejor pregunta ahora que has estado en la mañanera?

¡Ay, qué difícil!

No… Esta última, la de hoy (8 de julio de 2024) porque acababa de leer su tesis de licenciatura. Además, fue mi compañero de la Facultad de Ciencias Políticas él la terminó (su tesis o su carrera) en el año de 1976 y, observando una de las 176 páginas y cuatro capítulos, se refería justamente de quien está aquí a nuestra espalda (el monumento a Benito Juárez, de Palacio Nacional), la nacionalización de los bienes del clero.

Él planteó que en la formación del Estado mexicano Juárez se fue durísimo contra el clero que entonces tenía medios de producción y que él planteó hoy aquí, en la mañanera. Y, cuando se le pregunta cuál había sido su responsabilidad con la propiedad social, que es la de los campesinos, los comuneros, los ejidatarios, el presidente profundiza en los temas que ha logrado su administración, que son loables, pero, en mi perspectiva, todavía falta retomar o cerrar el capítulo de la reforma del 27 de (Carlos) Salinas de Gortari, quien privatizó los ejidos y afectó a los comuneros, quienes son legítimos propietarios de un millón de hectáreas.

Ellos, en el 2018, dieron 8.5 millones de votos a la campaña de Andrés Manuel López Obrador y 11.7 millones a la doctora Claudia Sheinbaum. Entonces, tanto el presidente saliente como la presidenta próximamente a entrar en funciones, tienen la posibilidad, él ya no, pero a quien le sucede, de restituir y hacer una modificación al 27 para que por lo menos unas 300 mil hectáreas que le fueron dados a los latifundistas, se les restituyan a los pueblos originarios. Y ese fue el fondo de este planteamiento.

Y hoy, otro tema que está ahí, recurrente, es el de Raymundo Collins, el ingeniero que fue subsecretario Seguridad Pública cuando fue jefe de Gobierno, quien dijo ‘quiero que hagan justicia; mi expediente está libre, no tengo responsabilidad’, citando a los medios donde él había dado declaraciones. El presidente fue muy honesto y dijo ‘que lo atienda Rosa Isela (Rodríguez) porque es la Secretaría de Seguridad Pública Federal’ y ahora va a ser la Secretaría de Gobernación, para ver si el funcionario aludido, o ex funcionario, tiene esa responsabilidad.

 Un tema final, del cual surgió una participación, fue cuando se le preguntó al presidente, en el 2019, qué opinaba sobre el caso (Manuel) Buendía y quién, desde su perspectiva, habría sido el autor intelectual. Él se mantuvo en la tesis de que José Antonio Zorrilla. Pero como resultado de esa pregunta, me buscó Zorrilla y me dice ‘te voy a dar la verdad de los hechos, y quién fue realmente el autor intelectual del crimen de Manuel Buendía…’

Otra ocasión fue la vez que me subí como traductor, cuando el presidente Trump hizo una alusión en Naciones Unidas, no había ningún corresponsal. Yo sí. Alcé la mano y aproveché, y casi me mandan peinadito, sin peine los colegas, porque aproveché la oportunidad. Entonces, como ustedes saben, estar ahí cerca y preguntar, te hace ser una gente profesionalmente feliz.

−¿Qué opinión te merece la comunicación política de López Obrador?

                Te lo resumo de la siguiente manera: “Adiós Chayo Cuatro T”. Sí, porque antes, en las reglas del periodismo discrecional, en las conferencias de los Pinos, de los antecesores tanto del PRI como del PAN, había ahí un arreglo. Las preguntas estaban hechas a modo, pero esto era a partir de un subsidio que el Estado entregado al columnista, a los concesionarios de los medios. Y aquí nadie tenemos chayo, pero sí la libertad de formular nuestros planteamientos. “No hay que excedernos, hay que respetar a los colegas”, me los dijiste tú y lo respeto, sugiere Federico a Eduardo Esquivel Ancona.

También ocurre en la Casa Blanca. Cuando el presidente Kennedy, en el ala más a la izquierda de la Oficina Oval, planteó que hubiera una conferencia directa con, primero, corresponsales extranjeros y luego con reporteros de la Oficina Oval. Así, ellos podrían, al igual que todos: ABC, NBC, que apenas eran incipientes como The New York Times, The Wall Street Journal y el representante de la Asociación de Corresponsales Extranjeros, formularle a Kennedy directamente cuáles eran sus inquietudes.

En el debate con Nixon, el presidente lo ganó después de haber aprendido que la mejor forma de comunicarse con los medios era confrontarlos directamente, para bien o para mal; y algunos presidentes lo aplicaron y quien lo hizo de manera excelsa fue Ronald Reagan. Él, abierto a todos, lo confrontaron con el tema “Irán Gate”, pero la libró bien y al final, a la fecha, el Aeropuerto Internacional de Washington lleva el nombre de Ronald Wilson Reagan, porque así lo guarda en su recuerdo el estadounidense.

−¿Cómo ha revolucionado la estrategia de López Obrador en materia de comunicación y rendición de cuentas?

En primer lugar, porque hace más transparentes a los concesionarios de los medios; quienes, en algunos casos, nos ofrecían el trato de “gato de angora”, y en otros el de “gato de pluma”. Esos concesionarios ahora tienen que abrirse… no presionarte para que tú, o el colega, consigan publicidad. Ellos tienen que hacer su tarea con la gente que contratan para ese fin.

Si ellos tienen que buscar publicidad para mantenernos, lo tienen que hacer, porque nosotros somos el ting-ten de ellos. Y si no es así, pues nos corren. Pero eso es lo que evolucionó y revolucionó la nueva estrategia de comunicación de medios establecida por el presidente. Y, en el ámbito de la rendición de cuentas, ahora, cuando se dieron casos de claroscuros, los medios que así se portaron: uno impreso muy cercano, recibió contratos anuales de publicidad (en 2018) por 600 millones, y cuando inicia la nueva administración, en 2019, los 600 millones bajaron al año siguiente a 400 y a un millón al otro. Fue entonces que vino la ofensiva de ese medio grotesco que era una oficina de relaciones públicas de los gobernadores en los estados del país. Entonces eso es apertura, rendición de cuentas, casi en el término que planteas la interrogante y eso cambia. Y quienes no se adapten desaparecerán como medios impresos y electrónicos. VER VIDEO-ENTREVISTA

Conversación realizada el 8 de julio 2024 en Palacio Nacional, CDMX


[1] https://www.amazon.com/-/es/Federico-Mont/dp/B0CMJGW3WF