una reflexión del maestro Pablo Cabañas.

Por José Sobrevilla. Premio Nacional de Periodismo 2023
Para el maestro en Antropología Social (UNAM 1981) y miembro del Centro de Estudios de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la misma institución, Pablo Alejandro Cabañas Díaz, antes, las entidades federativas se nutrían de las agencias informativas que estaban en la Ciudad de México, muchas ya desaparecidas; y prácticamente los medios de comunicación vivían de la información que se daba en las entidades federativas. “Estaba la Agencia Lemus, que ya desapareció, y muchas de ellas eran subsidiarias de Notimex, recibían casi todos los cables de la que fue la Agencia Informativa del estado mexicano, y de algunas otras corresponsalías que tenían ya los medios más fuertes en la Ciudad capital.
Eran noticias muy apoyadas por los poderes públicos, ya sea a nivel entidad federativa o municipios −continúa el maestro Cabañas Díaz− algunos muy importantes, como el caso de Guadalajara y Monterrey, los que tenían y tienen, hasta la fecha, sus periódicos; pero hace 15 o 16 años se dio la digitalización de los medios de comunicación, primero a través de los correos electrónicos y las redes sociales; después apareció Facebook, que sigue siendo una red social muy utilizada por las personas en México; luego llegó Twitter, ahora “X”, y también los medios alternativos a partir de los blogs y páginas web.
Entonces, todo esto dio un giro de 180 grados. Ahora, recordemos que desde la Ciudad de México concebimos el país de una manera muy centralista, pero es importante hacer mención que la cobertura de Internet en el país hasta la fecha, hasta 2025, todavía no es completa. La estrategia, que utilizó López Obrador, yo diría que fue dual: de medios impresos y digitales en las capitales.
“La estrategia Lópezobradorista fue de tierra y, quiero hacer ahí un contraste con la campaña de Enrique Peña Nieto, quien casi todo lo hizo por lo que se llamó aire; o sea, fue un candidato mediático construido básicamente por las televisoras, especialmente por Televisa.
Daré algunos datos anecdóticos, la construcción de los comerciales que hacía Enrique Peña Nieto sobre su gobierno, la boda con Angélica Rivera en la Catedral de Toluca, la aparición también en los impresos de Televisa, y pues todo el apoyo que le dieron algunos personajes y el plan que desarrolló un equipo de esa televisora, permitieron a Enrique Peña Nieto llegar al poder, plan que incluso llegó a una demanda de Televisa con el periódico inglés The Guardian News, porque la televisora siempre negó que ellos estuvieran construyendo esta candidatura.
Pablo Cabañas, quien estudió licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la UNAM, considera que la mañanera ha sido una respuesta a un problema mediático de coyuntura, y que es el posicionamiento que hizo el titular del Ejecutivo frente a un evento o una situación que se venía dando: una queja; aunque en estas conferencias hay distintos tipos de intervenciones, desde la propia queja, la denuncia, las acusaciones, incluso −yo diría− hasta improperios, pero también, al principio, se fijaba el posicionamiento frente a un problema.
Él estableció una tematización cada día de la semana: lunes Profeco y precios de combustibles; martes de la salud; miércoles ¿quién es quién de las mentiras?; jueves informe de seguridad, y viernes para desahogar temas pendientes, una miscelánea temática, y también para anunciar algo que fuera muy importante, o las visitas que iba a hacer alrededor del país.
_¿Qué le cambiarías a las mañaneras?
Tres cosas. Primero, los graves y severos problemas de producción; hoy, con Claudia (Sheinbaum) ya son menos, pero los tenía; incluso interrupciones y complicaciones de audio, eso en cuanto a estilo. Segunda cuestión: en la réplica de las mañaneras, me parece que nunca se le dio importancia al post, los temas tocados siempre se delegaban, con excepción de Azul Alzaga, la conductora, pero por ejemplo la conducción de Jorge Armando Rocha, me parecía muy pobre, y sí, diría, que ahora están más pobres; hablamos de lo que se llama “Mañanera 360”. Ahí se necesitan personajes de mayor presencia, o sea, uno u los dos. Los medios públicos, sobre todo el Canal 14, llenaron todo ese tiempo de programación con películas mexicanas, ya viejas, de la época del cine de oro.
Hasta el final del sexenio, y ya con Claudia (Sheinbaum), los medios públicos construyeron un espacio noticioso, pero creo que las mañaneras eran de tal potencia que impidieron hacer análisis de temas puntuales; y sí hay temas puntuales por analizar: por ejemplo, en este caso, los aranceles. Sería importante que, en la mañanera, una vez que la presidenta fija su posicionamiento, llevara especialistas del sector público que incidieran sobre estas temáticas, con ejemplos sencillos para la población, de lo que es y se entiende y cuál su impacto… Esto requiere un modelo de comunicación más avanzado; bajarlo más hacia el auditorio para reproducirlo en los espacios de los medios públicos.
Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador había también una dispersión de los medios públicos; existía una barra adversa a él, por ejemplo en el Canal 11; sin embargo, en el Canal 14 los espacios se llenaban de contenidos de entretenimiento; y la otra cuestión es que, una vez que concluyó su etapa el periódico El Nacional, el periódico oficial del gobierno mexicano, el Estado se quedó sin medios impresos; o sea, se descuidó la parte de prensa y de exponentes en la parte editorial o de análisis, no porque se regrese al Nacional como formato, pero sí un impreso que se trasladara a un espacio digital, pero que fuera lo que los formatos tradicionales conocemos como “periódico”.
Hoy los periódicos, que algunos siguen siendo impresos, en menor medida, los consultamos básicamente en plataformas digitales; y yo creo que ha sido algo que no se ha atendido. Está el periódico Regeneración de Morena, pero no, yo me refiero al gobierno mexicano tener un posicionamiento ya más formal.
−Sobre la desaparición de Notimex ¿Cuál es tu opinión?
Yo creo que ahí sí fue un error, y el primero parte de dos cuestiones que me parece que no se entendían, primero el convertir a la persona en institución: quien era su titular, la señora San Juana Martínez, se convirtió en parte de la institución, pero ella no era Notimex. Yo creo que sí había que hacer ahí un desline; y después de hacerlo se debió hacer una auditoría para, válgame la expresión, deslindar al Estado mexicano mediante los mecanismos como la entonces Secretaría de la Función Pública y la Auditoría Superior de la Federación para encontrar lo que siempre fue una queja: de que ahí había corrupción. “Esto es lo que se podía haber hecho, y claramente delimitar y proceder en su caso a la consumación o a la objetivación de esta situación”.
La tercera, no haber podido solucionar el problema sino dejarlo que creciera y, al final, haber hecho que la señora San Juana Martínez emitiera una serie de aseveraciones en contra de Claudia Sheinbaum; mismas que, a mi modo de ver, no tenían visos de verosimilitud, pero el hecho de haber desaparecido Notimex sí me pareció que fue uno de los errores que se cometieron, desde la mala negociación del conflicto, de cómo se llevó, hasta los errores de procedimiento, insisto, en confundir a la persona con la institución.
−Esta comunicación política ¿Cómo consideras que ha impactado en la gobernabilidad de las administraciones morenistas?
Primero tenemos que ir a un antecedente muy importante, al 2004, con el desafuero, porque cuando esto sucedió, el cerco mediático se incrementó, las narrativas en contra de López Obrador fueron… pues prácticamente no aparecían en medios de comunicación, o si lo hacían era en términos negativos. Entonces, la marcha que logran hacer una vez que se da el desafuero, fue a través de estos canales de las conferencias de prensa que él dio, y que él encabezaba directamente.
Es importante señalar que él fue quien encabezó todo su proceso comunicacional, el responsable; o sea, no hubo otro agente más que Andrés Manuel López Obrador. Entonces, lo que debemos tener en cuenta es que primero hay dos cortes: la entrada de Andrés Manuel con las mañaneras, después viene el desafuero, y después viene la campaña negativa del 2006, de la cual sí hay que hacer algunas precisiones: Primero, él lo ha escrito de manera académica; en el libro que se titula “Discurso político, entre la negociación y el disenso en el nuevo espacio público”, yo señalo dos tesis; la primera, que Obrador no tomó en cuenta la dimensión del modelo comunicacional que estaba enfrentando, que fue de todos los medios privados y públicos.
La segunda, es que vinieron asesores muy importantes, como Dick Morris, y se creó la narrativa de que “Andrés Manuel era un peligro para México”. Entonces, se construyeron productos mediáticos comerciales en los cuales se insistía no solamente en eso, sino también entró a los espacios de programas, −que es muy importante− del llamado entretenimiento, en las televisiones, especialmente en la privada. Incluso se llegó a ingresar a las telenovelas en boga. Aquí fue una campaña de desprestigio y cerco mediático.
Después, ya cuando se da el entonces Instituto Federal Electoral a cargo de Luis Carlos Ugalde Ramírez, porque hay un impasse en la elección, cuando el Instituto no da el resultado de la elección, y una vez que lo hace, resulta −de acuerdo a los datos del IFE−, por 0.56% da triunfador a Felipe Calderón. En ese impasse es cuando se da el plantón de la Ciudad de México, que fue toda la avenida Paseo de la Reforma y la Plaza de la Constitución.
Ahí, ya vemos el modelo comunicacional, que es muy importante, donde ya la esfera de los medios de comunicación viene de nuevo en una ofensiva contra López Obrador en la que, finalmente, él entra en una retirada, toma posición Felipe Calderón, y entonces desaparece del espacio público el ex presidente López Obrador. Y es cuando él construye su estrategia comunicacional a través del periódico Regeneración.
Esa ya era una comunicación que nosotros llamamos “de tierra”. El ‘Corre la voz’ empieza a generar distintos esquemas, pero a través de medios impresos. Él, incluso, lo narra en sus mañaneras, cómo ya había responsables de recibir los impresos y difundirlos entre sus seguidores. Eso es fundamental porque en el cerco comunicacional hay dos entrevistas que fueron importantes; la de Jacobo Zabludowsky, que lo dejó hablar, hablar y hablar, pero Jacobo no interviene, que mencionó mucho en sus mañaneras; y otra es con Federico Lamont, quien tiene que interrumpirla porque le llamó el dueño de la estación, el licenciado Vázquez Raña, para ordenarle que cortara la entrevista.
Cuando rompió este cerco mediático que duró prácticamente del 2006 hasta el 2017, empieza ya la campaña, porque ahí hay una entrevista muy famosa que le hizo la periodista Carmen Aristegui y viene con él con Rocío Nahle García; pero la entrevista con Carmen Aristegui se la hace a Rocío Nahle y ella dice, “viene aquí conmigo López Obrador. Y él es renuente a eso”. Y finalmente se abre la entrevista.
Luego recordar que cuando ingresa AMLO al poder, el primero de diciembre de 2018, le abre un espacio a la periodista Carmen Aristegui en Radio Centro. Pero Radio Centro estaba en litigio con Gutiérrez Vivo. Entonces, han sido situaciones que se han venido dando en México a los medios de comunicación que no se ven en este análisis. Una de ellas, por ejemplo, fue la desaparición de Canal 40, que era un espacio televisivo en el Valle de México, de Moreno Valle quien tenía sus oficinas y planta de transmisión en el World Trade Center de la CDMX.
Y ahí hace una asociación con Ricardo Salinas Pliego. Y luego éste toma la antena que está en el Chiquihuite, y es cuando le preguntan al entonces presidente Fox sobre estos hechos y se da el famoso “Y yo por qué”; entonces, ese cerco mediático sí existió, no fue ficticio y permitió la concentración mediática en México. Son cinco los grupos que tienen el poder mediático en México, el Grupo Televisa, el duopolio, con Televisión Azteca, Radio Fórmula, Radio Centro y a nivel de medios periodísticos y las grandes empresas que han sido El Universal y Reforma, que fueron los medios dominantes en este periodo, que va del año 2000 al año 2017.
¿Crees que las conferencias mañaneras influyeron en el triunfo de Sheinbaum?

Más bien la pregunta debería ser si se pensaba que el triunfo de Claudia Sheinbaum fuera de las dimensiones en las que fue, y te respondería que sí, eso es lo que yo creo, porque el lanzamiento de Xóchitl Gálvez era una línea de contención cuya hipótesis era que Xóchitl posiblemente no ganara, pero sí iba a recibir más votación. Por otra parte, tanto los órganos del Congreso de la Unión, Senado y Cámara de Diputados iban a regresar al modelo que estuvo vigente antes del 2018, en la elección del 2015, que era la de modelos divididos, de gobiernos divididos en el Congreso de la Unión. Entonces, aquí yo creo que a ellos les falló porque no había estructura. Lo segundo que es importante aquí mencionar es que los medios tradicionales sí estuvieron empatados, se alinearon con la candidatura de Xóchitl Gálvez.
O sea, tuvo una presencia mediática, hubo un alineamiento de ellos; pero el problema, recordemos, que en el primer debate apareció un video del hijo de Xóchitl Gálvez afuera de un antro; y después ella hizo aseveraciones de que era una narco-presidenta, etc.
−¿Cómo han sido recibidas en la academia las mañaneras o el modelo de comunicación político?
Yo creo que modificó el análisis de los relatos, de lo que es la comunicación política, y también de los actores políticos, y a mí, en lo personal, me planteó la propiedad de los medios de comunicación; o sea, de quiénes realmente detentan la propiedad de los medios de comunicación en México, porque no son los que dicen ser, o los que aparecen listados en bolsa como dueños o consejeros, sino que cuáles son los poderes fácticos, reales, que están detrás de los medios de comunicación, y eso me llevó a la reflexión cuando vino el grupo FRENA.
(…) Yo creo que la mañanera sí ha sido la herramienta comunicacional que han tenido los gobiernos de Morena, en sus dos etapas; la del licenciado López Obrador, y ahora de la Doctora Claudia Sheinbaum. Ha habido otros intentos, por ejemplo, la gobernadora de Estado de Campeche, Layda Sansores con “Los martes del Jaguar”, que finalmente tuvo mucha potencia cuando filtró los audios de Alejandro Moreno.
Yo considero que fue un modelo de alta centralización, unipersonal comunicacional, donde solamente existía la voz de López Obrador en su gobierno. No hubo ningún otro actor que, bueno, nunca convocaron a ninguna conferencia de prensa, no hubo boletines de prensa, no hubo ni siquiera áreas de comunicación. O sea, la mañanera fue, y lo dije así desde el principio, el mecanismo, la herramienta de comunicación del gobierno, del titular del Poder Ejecutivo, que en ese momento encabezaba Andrés Manuel López Obrador, figura central de la comunicación. VER VIDEO ENTREVISTA
Entrevista realizada el 5 de marzo de 2025, Restaurante del Hotel María Cristina
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